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Amador y Odylar

Estos personajes que enmarcan el título de este artículo, podrían ser dos cómplices de una farsa con la cual se intentó proteger de un despido fulminante al Secretario General de Gobierno del Estado de Baja California.

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Estos personajes que enmarcan el título de este artículo, podrían ser dos cómplices de una farsa con la cual se intentó proteger de un despido fulminante al Secretario General de Gobierno del Estado de Baja California. Cuando el piso se le estaba moviendo demasiado a Amador y el desequilibrio producido comenzaba a hacer olas, y en un escenario adverso es probable que se haya ideado un infantil remedio casero, para solucionar un problema mayor. La incapacidad que mostró, a pesar de sus valentonadas, al tratar de que el Gobernador Jaime Bonilla se quedara 5 años en el poder, de manera ilegal, no le resultó. La forma tan altanera y prepotente con la cual se expresaban, asegurando que se había votado por cinco años, resultaba insultante para el electorado responsable. El Gobernador y el Secretario General aseguraban que ellos tenían la razón y que el período sería el que ellos eligieron. No les importó pasar sobre quienes votamos por ellos, harían lo que les daba la gana.

Cuando el asunto en la Suprema Corte de Justicia de la Nación comenzó a perfilarse por los dos años, Amador empezó a tambalearse y ya sin apoyos lo que seguía era su despido. Entonces, todo parece ser, él y Odylar planearon una estrategia muy priísta y de nivel primaria, enfermando a quien, todo parece indicar, está acostumbrado a utilizar herramientas falsas si es necesario y así le conviene a sus intereses, para quedarse en el poder. Por eso surgió la información de que había tenido un cuadro clínico de embolia, y fue internado en el Issstecali.

Las personas que conozco y que han sufrió un problema de salud de estas características tienen repercusiones físicas notorias. No sé cómo se encuentra Amador, pero quienes ya lo han visto sabrán con seguridad si fue cierto o solo una farsa montada, su enfermedad. En el supuesto de que no mintieron, entonces solo deseo que el funcionario de primer nivel se recupere pronto de sus males, pero si fue una mentira, entonces deberá ser investigado y definírsele responsabilidades por utilizar falsos testimonios en aras de protegerse. La ciudadanía no merece que se le trate de manera tan vulgar y se le use de manera tan vergonzosa.

El gobernador Jaime Bonilla debe hacer un pronunciamiento puntual sobre este asunto. No es una situación menor, porque afecta los valores más elementales que la ciudadanía debe impulsar y que, el Gobierno del Estado está obligado a preservar. La honradez y la honestidad son dos cualidades que deben tener los funcionarios de primer nivel. Si estos mínimos requisitos no se cumplen, entonces las bases formales de la civilidad gubernamental son inexistentes y hay que recuperarlas. Por consiguiente, es una exigencia que, mientras se investiga este asunto tan sórdido, el Secretario General de Gobierno y el Director del Issstecali, sean separados de sus cargos hasta que se esclarezca la verdad. Es inaceptable una conducta tan grosera y carente de consideraciones hacia los bajacalifornianos y el país. Cualquier acto de gobierno debe de estar enmarcado dentro de la certeza del respeto irrestricto a las leyes, de manera que primero sea la legalidad y, posteriormente, cualquier interés personal de los funcionarios públicos. Vale.

* El autor es Lic. En Economía con Maestría en Asuntos Internacionales por la UABC.

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