Al pasado y sin escalas
Pareciera que el rumbo es un boleto directo al pasado, malhaya la hora en la que desperdiciaremos la enorme, tal vez la única oportunidad, de construir un gobierno que atienda a los más desprotegidos atacando las causas.
Somos lo que Hacemos
Pareciera que el rumbo es un boleto directo al pasado, malhaya la hora en la que desperdiciaremos la enorme, tal vez la única oportunidad, de construir un gobierno que atienda a los más desprotegidos atacando las causas, no sembrando un populismo descafeinado, sólo posible de instrumentar por un par de años, esto debido a la solidez que la economía tiene producto de las buenas políticas públicas que implementaron los gobiernos neoliberales que tanto critica el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Hoy los países que buscan competir para brindar más y mejores oportunidades para su gente tienen claro que será sólo a través de la inversión en capital que detone la generación de oportunidades económicas a través de reglas claras en el derecho de propiedad, así como la preparación de su gente a través de sistemas educativos de calidad comprometidos con modelos integrales de educación que no sólo formen técnicos y profesionistas de clase mundial, sino ciudadanos éticos, proactivos y comprometidos con su entorno.
Respecto a la inversión en capital, independientemente de si creemos en Andrés o en Morena, si el PRI y el PAN nos han decepcionado o si Peña Nieto representa al sector más corrupto de políticos en nuestro país; decisiones como la cancelación del Aeropuerto Internacional, la Refinería de Dos Bocas, el proyecto del Tren Maya, la cancelación de las rondas de inversión en aguas someras y el rescate de PEMEX, invirtiendo 16 mil millones de dólares cuando su deuda asciende a 10 veces ello, serán un lastre muy grande para las finanzas públicas; ahora tenemos información puntual de los costos que tendrá la implementación de Santa Lucía, muy cercanos al NAIM, pero sin haber tirado a la basura todo lo invertido en el proyecto, dinero que no costaría al país por haber sido producto de bonos y colaciones privadas. Dos Bocas es una verdadera estupidez, nuestro país no puede refinar crudo pesado, es altamente costoso, venderlo al exterior es un negocio con márgenes altísimos que perderemos por generar gasolinas caras y que dejarán al estado centavos, que bien podrían haberse realizado con la reconversión de las actuales refinerías con las que ya contamos.
Estuve hace unos días una semana en Yucatán, tuve la oportunidad de recorrer gran parte del estado; ya quisiéramos tener la tercera parte de sus carreteras, lo que la Península requiere no es un tren que costará miles de millones para transportar a algunos cientos de turistas diariamente, lo que esa región demanda urgentemente es educación de calidad que le permita a los ciudadanos prepararse y con ello estar a la altura de las competencias que la modernidad demanda para la instrumentación de procesos competitivos; por ello es un crimen mayor que éste gobierno haya dado muerte a la reforma más trascendente de los últimos años: la reforma educativa.
La CNTE ha asesinado a maestros que en Oaxaca decidieron no parar y seguir dando clases mientras la Coordinadora chantajeaba, como año con año, al gobierno estatal exigiendo plazas y dinero, son los mismos “maistros” que han tomado carreteras y paralizado estados, que poco les importan sus alumnos y la calidad de la enseñanza, quien diga que la reforma educativa era laboral miente y engaña, los sindicalizados tenían segura su plaza, nuestro país no tiene futuro cuando su presidente valora más los votos que la educación de sus habitantes.
*El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.
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