Adiós Luby…
Hoy estoy sumamente enojado, frustrado e impotente ante el cobarde asesinato de Lourdes Maldonado así como el de Margarito Martínez.
Hoy estoy sumamente enojado, frustrado e impotente ante el cobarde asesinato de Lourdes Maldonado así como el de Margarito Martínez. Ante estos sucesos, la propia Secretaría de Gobernación Federal tuvo que reconocer que en cuanto a los asesinatos de periodistas en la presente administración de Andrés Manuel López Obrador “tenemos un porcentaje de más del 90 por ciento de impunidad”.
A finales de los años ochenta, trabajaba en el día como reportero y por las noches como gerente del Bar Río Rita en la avenida Revolución de Tijuana. Hice amigos gerentes de otros restaurantes y bares, entre ellos Carlos Maldonado, era gerente de un restaurante bar propiedad de don José Plascencia.
Una noche que fui a visitarlo al negocio, estuvimos platicando de mi trabajo como reportero, en un momento me comentó que tenía una hermana, Lourdes, que quería venirse a Tijuana de la Ciudad de México (antes Distrito Federal). Me comentó Lourdes que había trabajado en el equipo de Jacobo Zabludovsky como reportera y que tal vez la pudiera conectar con algún medio. Yo le dije que sí, que contara con mi ayuda.
Un día me habla Carlos y me invita ese día al restaurante para que pudiera presentarme a su recién llegad hermana. Acudí a la cita y estaba Carlos y Lourdes en una mesa y me uní con ellos. “Mira – me dijo- ella es mi hermana Lourdes, de quien te he estavd hablando”. Después del mucho gusto, pasamos varias horas platicando, no paraba. Fue el inicio de una larga amistad.
Después, estando trabajando en Cana 12 de Televisa Tijuana, la apoyé con el jefe de información, Arturo González Pérez para que entrara, de todas maneras tenía buenas recomendaciones. Trabajamos juntos unos años como compañeros, después me enviaron a dirigir noticieros a Mexicali, la amistad con Lourdes se enfrió un poco, pero jamás terminó.
La última vez que la vi fue en diciembre, cuando coincidimos en una comida, platicamos y le pregunté si continuaba con su demanda en contra de Jaime Bonilla o de la empresa PSN, ella me conformó y agregó que la cosa iba muy bien.
Días antes de su asesinato, Lourdes y su abogado Eduardo Pérez Castro fueron grabados informando que habían ganado un laudo en contra de PSN después de 9 años. Luby, como de decíamos, temía por su vida, se lo hizo saber al presidente López Obrador, quien por cierto dijo que Lourdes jamás se había inscrito en el Mecanismo de Protección a Periodistas y Defensores de Derechos Humanos Federal, sino que en el 2021 había solicitado la protección del Gobierno de Baja California que encabezaba Bonilla, a quien había demandado.
Un solo tiro cegó la vida de Luby, dicen las autoridades actuales que contaba con un botón de Pánico que no pudo accionar, fue sorprendida por su asesino. Según Catalino Zavala Márquez, Secretario General de Gobierno de Baja California el mecanismo no falló, pero Luby está muerta. Escribía Enrique Krauze en su libro “Critica al Poder Presidencial”, “el Estado mexicano, en su conjunto, ha sido ineficaz para combatir al crimen y ha fracasado en reducir, así sea mínimamente, la plaga de la impunidad. Debido a todo ello, la sociedad mexicana vive un estado de vulnerabilidad, zozobra y desánimo”. De 52 periodistas asesinado en esta administración Federal sólo hay 5 sentencias, SEGOB.
*-El autor es Periodista independiente.
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