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¿A donde va Vicente?

En la mañana hay que levantarnos a cumplir con un objetivo específico, con una meta a alcanzar.

En la mañana hay que levantarnos a cumplir con un objetivo específico, con una meta a alcanzar. Y el cumplimiento de dicho objetivo nos debe acercar a ese ideal que tenemos. Y lo importante es que vayamos midiendo que tanto vamos cumpliendo esos objetivos y metas, y con el transcurso del tiempo ir midiendo hacia atrás que hemos avanzado, en lugar de estar comparándonos con el ideal que nos hemos planteado, y que como la contemplación del horizonte es un punto que jamás alcanzaremos.

Nos explicamos

Un ideal es un pensamiento, es algo muy general, es algo que no se puede medir. Pongamos un ejemplo: la libertad financiera, vivir con plenitud, ser trascendente, dejar huella, etc. Y por otro lado los ideales siempre están cambiando: el mejor de Hermosillo, el mejor de Sonora, el mejor del Pacífico, el mejor nacional, etc.; es por ello que los ideales no deben ser la medida con la que nos comparemos, ya que esto resulta siempre un ejercicio muy frustrante.

Lo que sí debe ser el ideal la fuente de donde sacamos inspiración para el establecimiento de objetivos y metas específicas para uno ir logrando lo que le interesa.

Por ejemplo estimado lector, si usted es empresario, y sobre todo en inicios de su aventura de negocio, la lectura de la autobiografía de Phil Knight, fundador de Nike es obligada. Después de leer como inicia este hombre su empresa, vendiendo tenis que transportaba en la cajuela de su auto sedán es impactante. Y lógicamente no tengo porque frustrarme si el negocio que hago inspirado por Knight no llegue a tener la cobertura que tiene Nike.

¿Cuál es la clave?

En cambio cuando medimos cómo estoy ahora a diferencia de cómo estábamos hace 3 meses, hace 6 meses, hace 1 año, y lógicamente observamos que hemos tenido crecimiento en algunos rubros (los objetivos alcanzados) entonces eso nos lleva a un incremento de la confianza, de la motivación, y por ende a una mayor satisfacción, a un incremento de la propia felicidad. Por ello la importancia de tener objetivos específicos, con cantidad medible para poder verificar que estamos avanzando. Cuando ya alcancemos un objetivo entonces nos planteamos uno nuevo, y así de esta manera nos mantenemos en una constante evolución, que es lo que requiere la naturaleza humana para vivir lo más intenso posible, con su correspondiente grado de logro y felicidad. Y aquí es donde tenemos el gran problema la mayoría de los individuos: no tenemos plan de vida, no tenemos objetivos claros, y vamos prácticamente a la deriva, en todo sentido. ¿A donde va Vicente? A donde va la gente...estimado lector, cordialmente invitados a no formar parte de la masa.

*- El autor es socio del Despacho Ballesteros y asociados.

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