Reflexión Universitaria
Después de la estrepitosa derrota tanto del PRI como del PAN, dos partidos que ostentaban el poder en el país con gubernaturas, presidencias municipales, diputaciones, senadurías y congresos locales, se hace necesaria una revisión exhaustiva de cuál ha sido su papel en la consolidación de la democracia mexicana. Se requiere de una refundación y un regreso a los principios básicos que les dieron origen. Esta revisión debe ser autocrítica, tomando en cuenta qué se ha hecho bien y qué se ha dejado de hacer para haber recibido de la población el rechazo mayoritario jamás visto en la historia reciente de nuestro país. El balance de estas gestiones debe ser a fondo y sin cortapisas, sin buscar culpables, ni caer en cacería de brujas. El PRI y el PAN se han convertido en minorías, después de haber sido, en el caso del PRI un partido hegemónico, mientras que el PAN un partido que se acostumbró a negociar con el PRI todas las posiciones en disputa, incluidas las grandes reformas emprendidas por el gobierno de Peña Nieto. Un error que salta a la vista es que estos dos institutos políticos nunca pensaron y al parecer aún no lo hacen es que deben incorporar jóvenes, con nuevas ideas, personas no maleadas, que tengan amor por México, que vengan a servir y no a servirse, recordemos que una de las profesiones más nobles del humano es la política, entendida como “poder servir a los demás”. Quizás el equívoco más grave cometido por esta generación de políticos es que todos llegaron al poder con la idea de enriquecerse, llámese PRI, PAN, PRD, PVEM y los demás partidos. Hoy en todos los partidos se reciclan las mismas caras, personas que no dan confianza al electorado, cartuchos quemados, perdedores, saltimbanquis, chapulines, de los cuales ya no votan por ellos ni en su casa. La rapiña y el saqueo al erario ha sido permanente, se van unos y llegan otros, con las uñas bien afiladas, mientras la sociedad sufre las consecuencias de este robo tan descarado de la clase política de nuestra República. Súmele usted, la inseguridad, los robos a casa habitación, asaltos, el crimen organizado y desorganizado en un país donde la justicia es letra muerta y los encargados de impartir justicia son omisos, que viven en el limbo ganando jugosas remuneraciones y pensiones vitalicias, insultando con ello a la mayoría del pueblo que tienen sueldos de hambre. En Baja California el próximo año habrá elecciones, para renovar la gubernatura, los ayuntamientos y el Congreso local. Hay algunos presidentes municipales que quieren repetir en el cargo, creen que han hecho un buen papel y que los electores les refrendarán su confianza. Hay otros que aspiran a la gubernatura, algunos de los mencionados son cartuchos quemados y perdedores, apenas acaban de competir por el Senado y ya quieren la gubernatura. Es tanta su obsesión por tener otra vez el poder que no se dan cuenta que el entorno político ya cambió, que es otra la correlación de fuerzas; ellos necesitan que algún amigo de confianza les diga que no van a ganar en las urnas. Tanto el PRI como el PAN se resisten a dejar el poder, se han convertido en la tercera y segunda fuerza política en el país y en el estado. Ante esto, no cabe duda que, en nuestra entidad, el gran ganador en 2019 será Morena, porque aún no tienen el desgaste que provoca el ejercicio del poder, y lo hará con puros cuadros nuevos y desconocidos. ¡Se ve que viene el cambio Veloz! El autor es economista egresado de la UABC.
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