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Reflexión Universitaria

La refundación de los partidos

Después del maremoto político electoral que acabamos de vivir los ciudadanos y los partidos políticos que no tiene precedente en la historia reciente de nuestro país. Este movimiento social con la debida proporción, es equiparable al movimiento encabezado en su tiempo por Francisco I. Madero, quien en aquella época lideró la oposición y recorrió todo el país arengando a la sociedad a terminar con la dictadura porfirista, bajo el lema de “Sufragio efectivo, no reelección”, y este conflicto terminó por la vía de las armas. Ahora, Andrés Manuel López Obrador también recorrió el país convocando a la ciudadanía a un movimiento de regeneración nacional y ha culminado de manera pacífica en las urnas. La sociedad está contenta, optimista, con esperanza renovada; una aspiración legítima que le había sido negada por los gobiernos neoliberales. El cambio que aspiramos todos es mejorar el bienestar de nuestras familias, pero no será tarea fácil, si pensamos que AMLO podrá resolver la totalidad de nuestros problemas estamos equivocados, él no posee una “varita mágica”, lo que necesitamos es poner nuestra cuota de participación individual y así concretar el cambio en nuestra nación; entonces, requerimos primero cambiar nosotros mismos, poner de nuestra parte y beneficiar así al conglomerado social. Los resultados electorales, impactaron a toda la comunidad mexicana, pero también a las sociedades latinoamericanas, igualmente cambia nuestra correlación de fuerzas con los Estados Unidos. México se ha convertido en el área geopolítica en una nación democrática cuyo ejemplo debe cundir en otras sociedades que padecen problemas de representatividad y legitimidad de sus gobiernos. La sociedad se ha expresado con un rotundo no a la corrupción de sus funcionarios y se ha dado cuenta del “valor” de su voto. Confiamos que en el futuro siga teniendo el mismo comportamiento ya que en caso de “fallarle” el gobierno, pueda sustituirlo por otro que si le dé resultados. La respuesta social en las urnas causó gran sorpresa en toda la clase política, el candidato presidencial de Morena no se esperaba obtener la mayoría en las cámaras de diputados y senadores, además de los triunfos en gubernaturas y hasta en ayuntamientos completos, sin duda, que estos resultados le darán mayor margen de maniobra para cambiar leyes en favor de las grandes mayorías de este país. El golpe que recibieron tanto los partidos grandes el PRI y el PAN como los partidos “chicos” que se aliaron a ellos ha sido demoledor, los han dejado heridos de muerte, mientras algunos de ellos perderán su registro, otros tendrán que hacer un ejercicio de autocrítica, para definir por qué perdieron tan estrepitosamente. Por ejemplo, el PRI de ser el heredero y beneficiario de la ideología de la revolución mexicana consignada en la constitución de 1917 y de ser un partido de centro izquierda, a partir de Miguel de la Madrid se convirtió en uno de derecha, inclusive, renunciando de “facto” al legado revolucionario y haciendo suyas las banderas del PAN, es más, lo sustituyó. Por su parte, el PAN siendo un partido conservador de derecha quiso emular al PRI y lo quiso también sustituir a tal grado que le salió tan bien el ensayo, que le crecieron las mañas a nivel exponencial. Indudablemente, se debilita la partidocracia, de tal forma que a los partidos no les queda más que refundarse y regresar a sus raíces, porque todos ellos se destiñeron en esta campaña, renunciaron a su ideología para aferrarse al pragmatismo, lo que a muchos de ellos los ha puesto al borde la desaparición.

El autor es economista egresado de la UABC.

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