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Póstigo

Si algo caracteriza a la cúpula gobernante en su prolongado dominio ha sido la especie de manía (caprichosa obsesión) de encaminar, preferentemente a sus allegados, para que de manera progresiva o acelerada trepen a las esferas del Poder sin reparar, generalidad de los casos, en la vocación y habilidades del o los sujetos promovidos. En la jerga política el procedimiento para escalar en la función pública así como transferir el poder a los cercanos se conoce, en lo particular, como NEPOTISMO que una vez generalizado el Prigobierno lo consolido’ bajo el tópico de “familia revolucionaria” donde el linaje, compadrazgos y parentescos provistos de pedigrí predomina asumiendo posturas propias de cualquier reyezuelo pues la casta del bautizado, en este caso, rifa por encima del insuficiente perfil del “cachorro” pues no es requisito que el saber circule por el cerebro sino bastaría poseer el ADN de sus antecesores. Es más; la clase política de México instituyo’ la costumbre, tradición y conveniencia de continuar el apellido como prototipo para inmortalizar la facultad de sus genes como razón de ser parte imprescindible generacional con tal convencimiento que, aunque se asemeje a una vanidosa extravagancia, realmente es una suerte de tragedia porque a las elites detentadoras del mando socio-económico si algo las articula estructuralmente son lasos de parentesco mutuamente trenzados los cuales, por donde se les quiera ver, se ramifican en la cúspide de gobiernos responsables de garantizar los intereses de la minoría en menosprecio de la sociedad. Y aunque es obvio advertir que la corrupción y la impunidad del señorío de “sangre azul” en mucho provienen del nepotismo, existen otras figuras que derivan de los caciques (políticos influyentes) cuya supremacía individual – mezcla de fuerza y dinero-- es accionada en respaldo de la parentela, socios o múltiples incondicionales: ¡Señor Presidente- exclamo’ uno de los hermanos Macedo a la cara del dictador Porfirio Díaz- con usted… hasta la ignominia! Precisamente en la sombría y anticipada referencia ¿Qué esperar de los caporales de Morena en BC? Salvo evidencias contrarias el temperamento Prianista usurpador al interior de Morena en esta oportunidad electoral revelo’, detestable pero verídico, un asalto desmedido adverso al juicio que exige, política y moralmente, refrendar sin titubeos el discurso, voz y esperanza comprometida por una organización (morena) que se dice empeñada en trastocar y modificar hasta desterrar la insultante antidemocracia históricamente sobrellevada en el ánimo y libertad del pueblo. Sin embargo; considerando que la política es ajena a cualquier milagro o buena suerte, insisto ¿Qué espera al partido después del dedazo triunfante pero sin triunfo de sus “encuestados” candidatos y candidatas? Salvo el dinero, analistas y comentaristas mercenarios, motivar con centavos proporcionados por la federación a ciertos votantes y, bajo el tráfico de influencias creado por el priato, desamarrar a los “juniorciques” de apellido Valencia, Morales, Ruiz, Pérez Tejada y otros vástagos del tricolor-azul para que moviendo la maquinaria del Infonavit, IMSS, Aduanas y diversos programas de factura federal; promocionen el cambio… para que todo siga igual. * El autor es diplomado en Periodismo por la UABC.

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