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Percepción política

La filosofía Hemingway La Habana, Cuba.- Escribo estas líneas desde La Habana Vieja, la zona más antigua de la capital cubana, declarada en 1982 patrimonio de la humanidad por la Unesco. Es prácticamente imposible ser políticamente neutral en Cuba. Todos tienen una postura definida. Puedes estar a favor del socialismo y ver beneficios en el sector educativo, sanitario y de distribución de la riqueza. O bien, puedes estar en contra y ver el atraso económico que sufren los habitantes de la isla. He conocido a varias personas en mi viaje. Dali y Pepe son las más interesantes. Dali es una chica de 25 años de edad, licenciada en filosofía, con una especialidad en historia, y profesora de educación básica. Ella me contó una analogía para explicarme el régimen político que impera en la isla. Un profesor universitario impone en clase un sistema socialista. Cada periodo de exámenes saca un promedio de las calificaciones de todos sus alumnos, y dicho promedio es la calificación que obtienen todos. De esa manera, no importa si estudiaste mucho y obtuviste un 10, si el promedio de la clase es de 7.7 entonces esa será también tu calificación. Los más estudiosos, desmotivados, conscientes de que no sirve de nada esforzarse por conseguir una buena calificación, que ni siquiera les será otorgada, comienzan a estudiar menos. De esta manera, el promedio de la clase comienza a bajar. Todos adquieren la misma calificación, pero una calificación cada vez más baja. Dali está convencida que el socialismo genera una cultura del no esfuerzo. Asegura que la enorme mayoría de cubanos viven de la misma manera, pero, al no contar con un incentivo para innovar y emprender, la forma en la que viven es precaria. Licenciado en economía, con una especialidad en políticas públicas, Pepe es un joven de 27 años que está convencido el socialismo funciona. “Yo soy más feliz que aquellos que tienen muchísimo dinero”, me dijo mientras me explicaba emocionado la ideología de Ernesto Guevara de la Serna de buscar que los seres humanos aprendamos a vivir de una manera distinta. Pepe me explicó en Cuba no hay pobreza alimentaria, no existe el analfabetismo, los índices delictivos son sumamente bajos, el acceso a la salud es completamente gratuito y los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular no ganan un solo centavo. “Aquí no existen los ricos”, me dijo orgulloso. Es prácticamente imposible ser políticamente neutral en Cuba. Hay dos maneras de visitar la isla. Una es palpando el socialismo en todas partes. La otra opción, y la única para alejarse aunque sea un poco del tema político, es el camino que eligió Ernest Hemingway. El célebre escritor norteamericano, autor de "El viejo y el mar", premio Nobel de Literatura, vivió varios años en La Habana. Entre cuba libres, mojitos y daiquirís, Hemingway conseguía dejar a un lado a Camilo, Ernesto y Fidel. El autor es abogado y conductor de televisión.

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