Percepción política
#LadyChampagne El pasado domingo 1 de julio, Alejandra León Gastelum no únicamente ganó una curul en el Senado de la República, también obtuvo fama a nivel nacional. La senadora electa ha sido sumamente criticada luego de que se hiciera viral un video donde aparece en estado de ebriedad, llamando “cucarachas fumigadas” a sus adversarios, realizando vulgares ademanes y aclarando que se encuentra festejando el triunfo electoral “no con cheve, sino con champagne”. Denise Maerker, Ciro Gómez Leyva, Fernanda Familiar, Chumel Torres, entre muchos otros medios nacionales, reportaron a quien se convirtiera en tendencia en la red social de Twitter: #LadyChampagne. Inclusive, existe una petición en la plataforma Change.org para que Alejandra León no tome protesta como senadora por Baja California; hasta el momento, más de 15 mil personas han firmado dicha solicitud. Me parece completamente estéril la discusión moral sobre el tema. Es decir, me resulta inservible discutir si estuvo bien o estuvo mal, si fue un simple error humano o si es inadmisible el actuar de la senadora electa. Creo que el tema verdaderamente interesante, y digno de discutirse, es donde nosotros, como ciudadanos, asumimos un rol protagónico. ¿No nos gusta la forma de ser de Alejandra León? ¿No nos gusta su conducta? ¿Reprobamos su comportamiento? ¿Nos desagrada alguien así nos represente? Entonces, ¿por qué la llevamos al Senado de la República? La integrante de Morena ganó por medio del voto popular, es decir, fuimos los ciudadanos los que le dimos el triunfo en la pasada contienda electoral. Aquellos que la criticamos, ¿no deberíamos mejor criticarnos a nosotros mismos? Yo no creo que Alejandra León deba de renunciar y, por supuesto, estoy convencido que esto no tiene absolutamente nada que ver con Andrés Manuel López Obrador. La señora León Gastélum es la persona que es y así fue electa por la vasta mayoría de los bajacalifornianos. Pedro Kumamoto, el joven que hizo historia al alcanzar una diputación local independiente en Jalisco, también buscó llegar al Senado de la República. Los ciudadanos le dijeron que no, prefirieron votar por Movimiento Ciudadano y Morena. Es decir, el joven que le quitó el fuero a los funcionarios públicos, que redujo el presupuesto de los partidos políticos, y que nos mostró se puede hacer política de la buena, no consiguió el respaldo necesario para llegar a la cámara alta. Personas como Pedro Kumamoto no llegarán al Senado de la República para representarnos, mientras que otras, como Alejandra León, sí tendrán una curul. ¿De quién es culpa eso?, ¿de Pedro Kumamoto?, ¿de Alejandra León?, ¿de Andrés Manuel López Obrador?, ¿de los partidos políticos?, ¿o de nosotros… los ciudadanos? El pueblo tiene a los gobernantes que merecen. Dejemos de infartarnos por el nivel de nuestra clase política y comencemos a revisar nuestro nivel como ciudadanos. Quizá a algunos no nos guste que Alejandra León sea nuestra senadora… pero es la senadora que merecemos. El autor es abogado y conductor de televisión.
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