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Palabra por palabra

La gente opina. Así, gente en modo genérico sin agregarles el sufijo “ista” para no ser determinista ni clasista. Opina porque tiene libertad para hacerlo y porque es su derecho. Aunque sepa poco e ignore mucho. No importa el tema. La gente es “opinista” por naturaleza. El mundo criticó el “¡Porqué no te callas”! del rey Juan Carlos I de España al presidente Hugo Chávez de Venezuela y, en México, celebró el ingenioso: “¡Ya cállate chachalaca!”, de ya sabes quién… Incluso yo seguido utilizo –sin pena ni remordimiento– el pleonasmo: ¡Cállate la boca! si de opinar sin fundamento se trata. Pero que el mundo calle sería punto menos que imposible. Más de media humanidad se inconformaría, en particular la que constituye la mexicanidad. Por ello, fue una muy hábil jugada política transferirle la responsabilidad a “la gente buena” harta de la corrupción, la violencia y la impunidad que opinara si le daba su Día de Muertos al aeropuerto de Texcoco. Casi el 70% de los consultados se lo escabechó sin miramientos. El capital político del presidente electo es mayúsculo; pero, aun así, no quiso arriesgar ni un pelo de su imagen y literalmente les echó la bolita a los que opinaron para encomendarse a Santa Lucía lo mismo que al diabólico aeropuerto de Toluca. Para mí, como para muchos, la decisión estaba tomada desde antes. Con los pros y los contras en la bolsa. Pero, como dijo el chinito: “Di tu plimelo” … A estas alturas, francamente no sé quién tenga cabal razón. Ojalá que “el opinismo” no se imponga como Gran Decisor. Me hubiera gustado que López Obrador, si tiene la razón calificada en lo económico y en lo técnico, hubiera sido él –en plan de estadista– al adjudicarse la decisión; pero no, prefirió consumarse como “_ _ _ _ _ista” (como usted quiera llamarlo). Qué conste que no descalifico la libertad ni el derecho a opinar. Cuestiono el modo de gobernar antes de la formal investidura. Y como soy demócrata por convicción y acción respeto a los “opinistas” y ahora hago chitón. Ahora que, si usted está de acuerdo con AMLO, va de gane, aunque se opinara lo contrario. LA PALABRA DE HOY: CHITÓN La verdad, no sé qué tanto se utiliza la interjección coloquial chitón para imponer silencio o precaverse de algún peligro, pero es una palabra rica en acepciones, por ejemplo: Chitón o jitón proviene del griego quitón / ??t??, prenda de vestir en la antigua Grecia semejante a una túnica utilizada lo mismo por hombre que por mujeres, confeccionada de lino, cuya raíz proviene del fenicio ktn (lino) que tomaron los griegos para acuñar kiton/quiton. Quizá le sorprenda saber que también existe un molusco denominado “chitón magnificus”, cuyos nombres vulgares son canchalagua, piragüero o quitón; pequeña variedad comestible de rico sabor (toda vez que se le quita el caparazón o concha formada por siete capas) … La semana que entra recomendaré la lectura de “El chitón de las tarabillas” de Francisco de Quevedo, opúsculo que Lope de Vega calificó como “el más satírico y venenoso desde el principio del mundo”. Y yo, entre tanto, chitón. El autor es profesor de Redacción Creativa en Cetys Universidad.

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