Exégesis
Legisladores acorazados En la columna anterior, titulada: Análisis de la Ley de Seguridad Interior, por falta de espacio, omitimos reiterar lo que ya hemos comentado en ocasiones anteriores, que el gobierno, para actuar con efectividad, requiere de captación de información y evaluación, por mentes formalmente capacitadas para ello. Y lo que hemos dicho también es, que la tarea de reunir información no debe ser pretexto para violar derechos humanos de los ciudadanos. Queda claro ese tema y pasemos al comentario de hoy, un poco atrasado, pero no deja de tener vigencia, y es el caso de un intento de montar, en la sede del Congreso del Estado en Mexicali, una coraza de grueso plástico, que separaría a los diputados de sus representados y todo esto, que costó al erario público doscientos mil pesos, se pretendía justificar con el argumento de evitar que, exaltados los ciudadanos, arrojaran objetos que pudieran dañar su integridad física. Afortunadamente se dio marcha atrás a la medida que, con todo respeto para los señores diputados, era de corte autoritario. En una democracia hay que apostarle más a las medidas preventivas que ya se han instalado en la sede del Congreso, como es el caso de un arco detector de armas y metales, y la vigilancia de policías preventivos estatales. Esto no es motivo para que los legisladores del Estado de Baja California quedaran en estado de indefensión, hay que profesionalizar con más detenimiento a los cuerpos de seguridad del Congreso y sobretodo, los señores legisladores deben abrir espacios constantes, para que exista un dialogo satisfactorio con la comunidad. La violencia por otra parte, de los ciudadanos protestantes, debe sustituirse por un dialogo firme pero respetuoso. Así, diputados abiertos al dialogo y votantes con argumentos valederos, pueden lograr avances en un estado que pretende ser democrático, plural, social y de derecho. * El autor es catedrático de la UABC.
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