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Diálogo empresarial

Transporte proyectado Empiezo este espacio mencionando que la movilidad de las personas tiene como fundamento la ordenación territorial y de la ciudad. Por otra parte, el uso del transporte público supone la mejor alternativa ecológica y para el desplazamiento que se hacen dentro del contexto metropolitano de Mexicali. Si bien el gobierno es quien tiene la facultad de establecer formalmente las rutas, las frecuencias y la calidad de los autobuses que circulan por nuestras calles, en la práctica no deben ser los concesionarios quienes tomen unilateralmente la decisión de qué y cómo dar el servicio, sobre que rutas y horarios fijar. Subrayo esto porque en la mayoría de las ciudades de nuestro país –y espero que no sea más el caso de Mexicali– el sistema de transporte público crece y se desarrolla de forma desorganizad y en donde la intervención de la autoridad en turno se limita a solucionar problemas sobre la marcha. Con estos comentarios retomo el tema del reciente ajuste a las tarifas. El principal objetivo debe ser beneficiar a la población y en ella por supuesto a los trabajadores. La tarifa no sólo ha de verse como un incremento de costos, sino como parte de la planeación para desarrollar un sistema moderno y eficiente de transporte. Y señalo el término planeación porque más allá de un mecanismo de prepago (que por cierto requiere lectores electrónicos) se define un menor precio para el segundo transporte o lo que se define como trasbordo, que bien aplicado debe compensar el aumento a la tarifa si a esto además se le da una bonificación de un viaje por cada diez realizados. Planeación, insisto, porque bien manejado el modelo irá aumentando el aforo y consolidando rutas troncales, alimentarias y complementarias, aunque reconociendo que en el corto plazo no es factible suplir el transporte privado por el servicio público: actualmente, por ejemplo, una tercera parte de las empresas Immex utilizan algún tipo de servicio privado de transporte, abarcando a cerca de treinta mil trabajadores. Las nuevas disposiciones en tarifas, aclaro, han de alinear voluntades y enfatizar el compromiso compartido, por decirlo de alguna manera, del gobierno, de los concesionarios y de los grandes usuarios como los trabajadores de la Immex. Me extiendo un poco en este punto. Del Gobierno debemos obtener mejores vialidades –y rutas– respetando reglamentos y normatividades; de los concesionarios demandamos que siempre tengan unidades en buen estado, con excelente servicio y con choferes capacitados y, de los usuarios, pedimos aceptar las tarifas si no decae la calidad del servicio. Compromiso compartido, reitero, también para regularmente revisar el cumplimiento de los acuerdos para no caer en el error de que la autoridad deje de vigilar que se cumplan los estándares y evitar que los concesionarios se autorregulen. En otras palabras, para que mejore el transporte público de Mexicali debemos cerrar gradualmente la desigualdad de participación. * El autor es presidente de Index Mexicali y Director de Recursos Humanos para Latinoamérica en Newell Brands

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