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De historia y algo más

Los persas bajo el reinado de Ciro II El Grande sentaron las bases de un nuevo imperio al conquistar Lidia y las colonias griegas en el Asia Menor, y la Mesopotamia, conquistando Babilonia. Realizó una reforma militar, convirtiendo a la caballería en la principal fuerza de choque. Ciro falleció en el año 529 a. C., durante una campaña militar. Egipto fue sometido bajo el reinado de Cambises, hijo de Ciro, en el año 525 a. C., quien no realizó un buen gobierno. A su muerte, le sucedió su primo lejano, Darío I, que siguió la política de expansión territorial, restableciendo el orden interno, de modo violento, hasta que halló freno en las ciudades-estado griegas que los vencieron en las guerras médicas, lo que posibilitó la conquista del imperio persa por Alejandro de Macedonia, en el año 330 a.C. El gobierno estaba a cargo de una monarquía absolutista, con la cual colaboraban gran número de funcionarios. El territorio fue dividido por Darío I en 20 satrapías, siendo las más importantes las de Lidia, Media, Asiria, Babilonia, Egipto e India, comunicadas por una gran red de caminos, contando con postas para cambiar sus cabalgaduras. A cargo de las satrapías, estaban los sátrapas que significa protectores de la tierra; y es el nombre que se les dio a los gobernadores de las provincias de los antiguos imperios Medo y Persa. Los sátrapas tenían mucho poder y algunos de ellos eran en realidad reyes independientes. A su vez, los sátrapas, eran supervisados por los inspectores reales, a quienes se los denominaba “los ojos y oídos del rey”. Alejandro Magno los conservó durante su imperio. La capital religiosa era Persépolis, construida por Darío I, y las tres capitales administrativas, eran Susa, Ecbatana y Pasargada. En todas ellas se erigieron importantes palacios para honrar al soberano. Contaban con un poderoso ejército, destacándose la guardia real, formada por diez mil hombres (los diez mil inmortales) que realizaban la defensa del territorio y la conquista de otros nuevos, pero con una actitud respetuosa hacia los pueblos dominados, a quienes reconocieron su identidad cultural, al respetar su religión y sus costumbres. Por ejemplo, los judíos pudieron volver de Babilonia a Palestina y reconstruir el templo de Jerusalén. En nuestro país a partir del 1 de diciembre existirá algo parecido a las Satrapías y serán 32. Las Sátrapas dependerán directamente del poder ejecutivo y controlaran los recursos económicos y decisiones dictadas desde el centro del país, es decir desde la cúpula del poder. Estos sátrapas serán los encargados de llevar a cabo los programas del gobierno federal en cada uno de los estados y en algunos casos duplicaran sus funciones ya sea con el gobierno estatal o el municipal a un costo muy alto, de la recaudación estatal efectuada por el Gobierno Federal solo el 16.6% regresa a Baja California y sus 5 municipios. El nuevo Gobierno Federal debería obtener como en la época de la colonia, el quinto real, o sea el 20% de lo recaudado y el 80% se debería quedar en Baja California y absorber las funciones que tendrían las modernas Satrapías, evitando con ello la duplicidad de funciones, duplicidad de gastos y personal de cada una de ellas, el gasto en la burocracia del país ya es agobiante y es necesario revertir esa tendencia. jaimenavarro@tecnyco.com.mx *- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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