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De historia y algo más

El racismo es un sentimiento o comportamiento que consiste en la exacerbación del sentido racial de un grupo étnico. Esta situación suele manifestarse como el menosprecio de otro grupo y es una forma de discriminación, eso es lo que ocurrió con la Alemania nazi o con el Kukuxklán en los Estados Unidos. ¿Pero cómo y donde se originó el racismo?, por supuesto que no fue en los Estados Unidos o en Alemania, el racismo se inició en España. La expulsión de los judíos de España fue ordenada en 1492 por los Reyes Católicos mediante el Edicto de Granada con la finalidad, de impedir que siguieran influyendo en los cristianos nuevos para que éstos judaizaran. Tomás de Torquemada entra en la Historia por haber sido el primer Inquisidor General del Tribunal del Santo Oficio y el que obtuvo la firma de los Reyes Católicos decretando la expulsión de los judíos de España. La inquisición fue el producto típico de la endiablada sociedad española de la segunda mitad del s. XV. El inquisidor entorpeció la vida intelectual española de forma trágica, nunca se arrepintió de quemar herejes ni de expulsar judíos. Ildefonso Falcones Sierra en la narrativa histórica plasmada en su libro La Mano de Fátima detalla excelentemente como en la opulenta Córdoba de la segunda mitad del siglo XVI, un joven morisco, desgarrado entre dos culturas y dos amores, inicia una ardiente lucha por la tolerancia religiosa y los derechos de su pueblo. En 1568, en los valles y montes de las Alpujarras, estalla el grito de rebelión: los moriscos se enfrentan a los cristianos e inician una desigual pugna que sólo los llevó a su expulsión total. El 4 de marzo de 1613, Felipe III les concedió un tiempo de 10 días para ceder o vender sus bienes antes de su marcha. Igual como había sucedido siglos atrás con los judíos. En la Nueva España esto no fue la excepción, para identificar a sus ciudadanos establecieron un clasificación étnica, por ejemplo: puro español pero nacido en América: criollo, español e indio: mestizo, español con mestizo: castizo, castizo con español: español, indio con negro: zambo, negro con zambo: zambo prieto, español con negro: mulato, solo por mencionar algunas. El INEGI, recientemente acaba de anunciar que existe una clasificación étnica que no tenía registrada, la afromexicana, ¡lo que es no tener que hacer! El racismo, genera en primer lugar un desgaste enorme de energía, pues la persona siente rechazo y vergüenza de sí mismo, lo que se traduce en un país incapaz de valorar los saberes, las contribuciones y la riqueza de sus pueblos y culturas. “Los mexicanos nos damos vergüenza y eso es muy triste. Una vez escuché a alguien decir que había conocido a una persona muy inteligente, pero que “nadie daría un peso por él” porque era “el típico mexicano”: chaparrito, flaquito, morenito. Así, muy equis. Si para nosotros insignificancia equivale a mexicanidad, contribuimos a nuestra propia opresión”. Otros efectos del racismo, es criminalizar a ciertos grupos por su apariencia física, culparlos de su pobreza, despojarlos de sus recursos naturales o simplemente negarles derechos básicos, como en los casos recientes de mujeres indígenas que han dado a luz afuera de hospitales públicos porque nadie aceptó atenderlas. * El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros Civiles de la República Mexicana.

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