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Cómo la fibra en la dieta puede mejorar la memoria y la velocidad mental

La fibra alimentaria no solo favorece la digestión, también cumple un papel clave en la salud cerebral.

Cómo la fibra en la dieta puede mejorar la memoria y la velocidad mental

Durante años, la fibra alimentaria se ha vinculado casi de forma exclusiva con la salud digestiva. Sin embargo, la evidencia científica más reciente amplía ese panorama. Hoy se sabe que este componente esencial de la dieta también tiene un impacto directo en el funcionamiento del cerebro.

Estudios recientes indican que una ingesta adecuada de fibra puede mejorar la memoria, acelerar la velocidad de procesamiento mental y ayudar a proteger al cerebro frente a enfermedades neurológicas. Esto sugiere que ajustes simples en la alimentación diaria pueden tener efectos relevantes tanto en el cuerpo como en la mente.

Qué dice la ciencia sobre la fibra y la función cognitiva

Investigaciones actuales refuerzan la relación entre alimentación y salud cerebral. Un estudio publicado en Nature Communications analizó a 36 pares de gemelos. Durante 12 semanas, un grupo recibió un suplemento diario de fibra, mientras el otro consumió un placebo.

De acuerdo con Women’s Health, los participantes que aumentaron su consumo de fibra mostraron un mejor desempeño en pruebas de memoria, tiempos de reacción y velocidad de procesamiento mental. Estos resultados fortalecen el interés científico en el papel de la dieta como factor preventivo frente a trastornos neurológicos.

Además, la relación entre fibra y cerebro cuenta con respaldo tanto en estudios realizados en humanos como en modelos animales, lo que refuerza la consistencia de los hallazgos.

Cómo actúa la fibra en el organismo

La Mayo Clinic explica que la fibra alimentaria forma parte de los carbohidratos, pero, a diferencia de otros nutrientes, no se digiere ni se absorbe. Su función ocurre durante su paso por el sistema digestivo, donde genera distintos beneficios según su tipo.

Existen dos formas principales de fibra:

  • Fibra soluble: se disuelve en agua y forma una sustancia gelatinosa que ralentiza la digestión. Ayuda a reducir el colesterol y la glucosa en sangre. Está presente en alimentos como avena, arvejas, porotos, manzana, banano, cítricos, zanahoria, cebada y psyllium.
  • Fibra insoluble: no se disuelve en agua. Aumenta el volumen de las heces y acelera el tránsito intestinal, lo que ayuda a prevenir el estreñimiento. Se encuentra en trigo integral, salvado de trigo, frutos secos, legumbres, coliflor y papa.

La mayoría de los alimentos de origen vegetal contienen ambos tipos en proporciones variables.

Cuánta fibra se necesita al día

Según la Mayo Clinic, las necesidades diarias de fibra dependen de la edad y el sexo. En adultos, la recomendación es clara: las mujeres menores de 50 años deben consumir alrededor de 25 gramos diarios, mientras que los hombres requieren cerca de 38 gramos.

La recomendación principal es obtener la fibra a partir de alimentos naturales y variados. Entre las fuentes más accesibles se encuentran los granos enteros, frutas, verduras, legumbres, semillas y frutos secos.

Elegir cereales integrales en el desayuno con al menos cinco gramos de fibra por porción, preferir pan de trigo integral y sustituir productos refinados por versiones integrales facilita alcanzar estas cantidades sin cambios drásticos en la dieta.

Estrategias prácticas para aumentar el consumo de fibra

Incorporar fibra puede hacerse de forma gradual y sencilla. Sumar legumbres a sopas y guisos, elegir frutas frescas o secas como refrigerio y consumir verduras enteras en lugar de jugos son decisiones prácticas que elevan la ingesta diaria.

El refinado de los alimentos reduce de manera importante su contenido de fibra. Por ello, conviene limitar productos elaborados con harinas blancas y priorizar opciones integrales.

Respecto a los suplementos, la Mayo Clinic advierte que su uso debe realizarse solo bajo indicación médica. Además, recomienda aumentar el consumo de fibra de manera progresiva y acompañarlo con suficiente agua para evitar molestias digestivas.

Beneficios adicionales de una dieta rica en fibra

Más allá de la salud cerebral y digestiva, una alimentación rica en fibra se asocia con múltiples beneficios. Entre ellos se encuentran el control del peso corporal, la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas y una mejor regulación del colesterol y la glucosa en sangre.

También se ha observado una menor incidencia de ciertos tipos de cáncer y trastornos como la diverticulitis. De acuerdo con la Mayo Clinic, una mayor ingesta de fibra se relaciona con una reducción en la mortalidad total.

Cuándo es necesario limitar la fibra

Existen situaciones clínicas específicas en las que los profesionales de la salud pueden recomendar una restricción temporal de fibra. Esto puede ocurrir tras cirugías intestinales, en brotes de enfermedad de Crohn, después de radioterapia abdominal, ante estrechamientos del intestino o durante la preparación para una colonoscopía.

En estos casos, la personalización del plan alimentario resulta clave y siempre debe realizarse bajo supervisión médica.

Alimentación diaria y salud integral

El cuidado constante de la dieta y la incorporación regular de alimentos ricos en fibra contribuyen a mantener en equilibrio el sistema digestivo y el sistema nervioso. Este enfoque permite sostener el funcionamiento general del organismo y apoyar la salud cerebral a largo plazo.

Pequeñas decisiones cotidianas en la mesa pueden convertirse, con el tiempo, en una herramienta efectiva para proteger la mente y el cuerpo de forma integral.

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