Dormir bien es parte del entrenamiento: por qué el sueño define tu rendimiento

CIUDAD DE MÉXICO.- El sueño se ha consolidado como el “cuarto pilar del rendimiento”, junto con la alimentación, la hidratación y el ejercicio. Expertos y figuras del deporte de alto nivel coinciden en que no basta con entrenar fuerte si no se descansa bien. Arnold Schwarzenegger, campeón de Mr. Olympia, lo resume así: “el crecimiento ocurre cuando duermes, no cuando entrenas”, según Science Focus.

Esta idea también es compartida por entrenadores y atletas, quienes señalan que la recuperación física y el progreso dependen tanto del descanso como del esfuerzo en el entrenamiento.

Por qué entrenar sin dormir bien limita el progreso

El entrenador de alto rendimiento Nick Littlehales, pionero en integrar el sueño a los programas deportivos, ha sido claro: “Puedes entrenar todo lo que quieras, pero si no duermes, no te adaptas. Sin adaptación, no hay progreso”, de acuerdo con declaraciones retomadas por Science Focus.

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Por esta razón, los atletas profesionales suelen seguir rutinas de sueño estrictas, adaptadas a su ritmo biológico y a sus cargas de trabajo. En contraste, muchas personas enfocan su atención solo en la alimentación y el ejercicio, y dejan el descanso en segundo plano.

Qué ocurre en el cuerpo durante el sueño profundo

La falta de descanso adecuado limita la capacidad de adaptación en cualquier disciplina. Durante el sueño profundo, también llamado sueño de ondas lentas, el cuerpo entra en una etapa de restauración. En este momento se activa la síntesis de proteínas, que repara las microlesiones musculares causadas por el ejercicio, un proceso relacionado con el dolor muscular posterior al entrenamiento.

En esta misma fase, la glándula pituitaria libera la hormona del crecimiento, encargada de impulsar la reparación muscular. Este proceso también fortalece el sistema inmunológico y reduce el riesgo de enfermedades que pueden interrumpir la actividad física, según detalla Science Focus.

Beneficios del sueño en el metabolismo y el corazón

Dormir bien también tiene efectos directos en el metabolismo. Durante el descanso nocturno se reponen los niveles de glucógeno, principal fuente de energía para los músculos. Además, las citocinas antiinflamatorias ayudan a la recuperación.

Al mismo tiempo, el ritmo cardíaco disminuye y la presión arterial baja, lo que permite que el sistema cardiovascular descanse. Estudios citados por Science Focus señalan que un buen sueño mejora la sensibilidad a la insulina, favoreciendo el uso de la glucosa, mayores niveles de energía y una mejor composición corporal. También se regula la testosterona, hormona clave para la resistencia y la recuperación.

Cómo el sueño fortalece la memoria y la concentración

El cerebro también se beneficia del descanso. Durante la fase REM, que predomina en la segunda mitad de la noche, se refuerza la memoria motora. Este proceso permite fijar los movimientos aprendidos durante el entrenamiento, como un saque en tenis o una rutina de fuerza.

En esta etapa también ocurre la regulación emocional. Esto ayuda a manejar el estrés, mejora la concentración y refuerza la motivación, factores que influyen de forma directa en el rendimiento diario.

Dormir como parte del rendimiento profesional

La importancia del sueño ha sido reconocida también en el ámbito comercial. La empresa sueca Hästens, fabricante de camas con sede en Köping, impulsa la campaña Sleep to Perform, con la participación de figuras del deporte y la creatividad. Entre ellas se encuentra la tenista Maria Sharapova, ganadora de cinco torneos de Grand Slam.

Sharapova ha señalado que priorizar el descanso fue clave en su carrera. “El sueño es esencial para el rendimiento, sin importar en qué etapa de tu carrera te encuentres”, afirmó en declaraciones recogidas por Science Focus.

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Dormir no es perder tiempo

Más allá de ser un periodo de reposo, el sueño es una herramienta para liberar el potencial físico y mental. Dormir bien permite que el cuerpo se repare, que la mente se ordene y que la energía se recupere. Priorizar el descanso no solo mejora el rendimiento deportivo, también favorece la salud y el desempeño en las actividades diarias. Dormir bien es parte del camino para rendir mejor.