Así es como correr impacta en tu salud mental, según la ciencia
El running es un deporte que ha tomado fuerza este año y el cual es uno de lo más influyentes para la salud mental.

Correr es un alivio inmediato para la cabeza, pero sus beneficios van mucho más profundo. Reestructura el cerebro, regula emociones, potencia la motivación y trae claridad en medio del caos mental. En una época donde la ansiedad crónica y el agotamiento son pan de cada día, salir a trotar se convierte en una herramienta real para cuidar la salud mental. Y lo mejor: no hace falta ser velocista ni recorrer distancias épicas.
¿Qué dice la ciencia?
Investigaciones publicadas en revistas como The Lancet Psychiatry, Frontiers in Psychology y Psychology of Sport and Exercise coinciden en algo poderoso: el running impacta directamente la salud mental.
- Un metaanálisis de 2023 reveló que el ejercicio aeróbico, incluyendo correr, puede ser tan efectivo como tratamientos farmacológicos para ansiedad y depresión leves o moderadas. No es solo por las endorfinas.
- Correr activa zonas profundas como el sistema límbico, encargado de manejar emociones, y estimula la plasticidad neuronal.
- En resumen: la mente se reorganiza, se ordena y se hace más fuerte con cada paso.

Estrés: El gran enemigo
El estrés crónico es uno de los principales ladrones del bienestar psicológico, y aquí el running entra con fuerza.
- Estudios respaldados por la American Psychological Association muestran que, después de solo 20 minutos de trote constante, los niveles de cortisol (la hormona del estrés) bajan significativamente.
- Al mismo tiempo, aumenta la producción de GABA, un neurotransmisor que calma la actividad cerebral cuando está desbordada.
- No necesitas entrenamientos intensos ni cronómetro: un trote suave ya genera ese equilibrio que tanto se busca.
Motivación y mente fuerte
Correr no solo entrena piernas y pulmones; forja un músculo invisible: el autocontrol. Según la psicología del deporte, quienes corren con regularidad desarrollan mayor tolerancia a la frustración, mejor capacidad para mantener el esfuerzo y más claridad al decidir. Esa sensación de “ser capaz” (conocida como autoeficacia) es clave para regular emociones. Reduces impulsividad, aprendes a posponer recompensas y, sin darte cuenta, todo eso se refleja en tu rutina: desde el trabajo hasta las relaciones personales.
Bienestar que se siente
Sentirse bien va más allá de no estar mal. Es dormir profundo, tener energía durante el día y vivir con propósito. Un estudio longitudinal del British Journal of Sports Medicine encontró que quienes corren al menos dos veces por semana reportan mayor satisfacción con la vida, mejor calidad de sueño y más resiliencia ante los golpes diarios. Correr trae estructura, rutina y pequeños logros que, sumados, construyen un equilibrio emocional sólido y duradero.

El poder de la comunidad
Aunque muchos corren solos, el running tiene un lado social que protege la mente. Clubes locales, grupos de entrenamiento o carreras populares crean vínculos reales. Incluso en solitario, compartir avances en plataformas como Strava genera una red digital de apoyo. La psicología social lo confirma: el sentido de pertenencia combate el aislamiento y eleva el bienestar. Un like o “kubos” (como se llaman en Strava) un comentario o un “¡bien hecho!” pueden ser el empujón emocional que hace falta.
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