Dieta inversa: cómo mantener el peso perdido después de una dieta estricta

CIUDAD DE MÉXICO.- Conservar los resultados después de un plan de alimentación estricto y recuperar el equilibrio del cuerpo es uno de los mayores desafíos para quienes buscan una vida saludable. La dieta inversa se ha vuelto popular como una opción para mantener el peso perdido y evitar que los kilos regresen tras un periodo de restricción calórica.

¿Qué es la dieta inversa?

La dieta inversa es una estrategia nutricional que propone aumentar gradualmente la ingesta calórica tras una dieta estricta. Su objetivo principal es mantener la pérdida de peso lograda y permitir que el organismo se adapte a una mayor cantidad de calorías sin recuperar los kilos perdidos.

A diferencia de otros métodos que buscan reducir calorías de forma continua, esta estrategia plantea un enfoque opuesto: reintroducirlas poco a poco para mantener resultados y minimizar riesgos para la salud. Según expertos de GQ y de la Cleveland Clinic, no es una solución mágica, pero puede aportar beneficios bajo ciertas condiciones y con supervisión profesional.

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Cómo funciona la dieta inversa

El método consiste en aumentar entre 50 y 150 calorías por semana o cada dos semanas, observando la evolución del peso hasta alcanzar la estabilidad. Las necesidades de proteínas suelen calcularse según el peso corporal, por lo que generalmente no es necesario modificarlas durante este proceso.

El incremento calórico gradual busca normalizar niveles hormonales, especialmente la leptina, que regula el apetito y el peso corporal. Sin embargo, también existen posibles efectos secundarios como estreñimiento, fatiga, deficiencias nutricionales, cálculos biliares y problemas de concentración. Además, existe el riesgo de entrar en un ciclo de aumento y pérdida rápida de peso, conocido como efecto “yo-yo” o “rebote”.

Beneficios y advertencias de expertos

La dietista registrada Natalie Romito, de la Cleveland Clinic, explica: “No hay evidencia de que la dieta inversa después de una restricción calórica acelere el metabolismo”. Destaca que esta estrategia puede ser útil para personas que han seguido dietas muy bajas en calorías o carbohidratos, o para quienes han bajado de peso gradualmente y desean dejar la dieta sin recuperar los kilos.

Un ejemplo práctico consiste en aumentar la ingesta diaria en 100 calorías por semana tras haber restringido la dieta a 1,500 calorías. Se pasa a 1,600, se monitorea el peso y, si no hay aumento, se continúa aumentando hasta estabilizar el peso. Esto permite incrementar entre 200 y 500 calorías diarias manteniendo la calidad de los alimentos.

Tanto GQ como la Cleveland Clinic advierten sobre la falta de evidencia científica robusta a largo plazo y recomiendan supervisión profesional, especialmente después de dietas extremas o ayunos prolongados, debido al riesgo de complicaciones graves como el síndrome de realimentación, causado por desequilibrio electrolítico. Romito insiste: cualquier transición tras una restricción debe hacerse bajo control médico.

Recomendaciones prácticas para aplicar la dieta inversa

Quienes deseen probar esta estrategia pueden:

• Usar aplicaciones para registrar alimentos y calorías.
• Buscar apoyo en el entorno personal o en comunidades en línea.
• Ajustar el consumo energético según la actividad física.

Por ejemplo, personas que se ejercitan entre cuatro y seis veces por semana pueden necesitar entre 2,000 y 2,500 calorías diarias, mientras que quienes realizan menos actividad podrían requerir 1,500 o 1,600 calorías.

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Romito enfatiza la importancia de mantener una alimentación equilibrada y evitar dietas extremas, que pueden afectar la salud metabólica. La adaptación tras una dieta restrictiva puede durar varias semanas, y el metabolismo necesita tiempo para estabilizarse. Con un aumento gradual y paciencia, es posible recuperar el equilibrio y notar mejoras en el estado de ánimo y la concentración.