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Calentar antes de entrenar mejora la velocidad y la potencia, según nuevos estudios

Un nuevo estudio confirma que calentar los músculos antes del ejercicio aumenta la velocidad y potencia del cuerpo hasta un 3,5% por grado de temperatura adicional.

Calentar antes de entrenar mejora la velocidad y la potencia, según nuevos estudios

CIUDAD DE MÉXICO.- La escena se repite en gimnasios y parques: deportistas que, antes de iniciar su rutina, caminan en círculos, pedalean suavemente o dedican unos minutos a estirarse. Lo que muchos consideran un simple ritual tiene ahora un respaldo científico sólido. Elevar la temperatura de los músculos antes del ejercicio no solo mejora la sensación de movilidad o energía, sino que también impacta directamente en la velocidad y potencia del cuerpo durante el entrenamiento.

El calentamiento, clave para mejorar el rendimiento deportivo

Investigadores de la Edith Cowan University, liderados por el Dr. Cody Wilson, han cuantificado los efectos de esta subida de temperatura en los músculos. Los resultados, publicados en el Journal of Sport and Health Science, muestran que por cada grado que aumenta la temperatura muscular, el rendimiento mejora cerca de un 3,5%. Este beneficio es especialmente significativo en ejercicios que requieren rapidez y potencia, como sprints o levantamientos explosivos, mientras que la fuerza máxima se mantiene sin grandes cambios.

Wilson explicó que los mayores beneficios se observan en “las propiedades musculares dependientes de la velocidad, como rapidez y potencia, pero no en la fuerza máxima”. Esto ayuda a entender por qué atletas de disciplinas veloces dedican tanta atención al calentamiento, buscando potenciar estos aspectos específicos. Preparar el cuerpo antes del esfuerzo, por tanto, no solo previene lesiones, sino que también se convierte en una estrategia concreta para mejorar el rendimiento.

Métodos y especificidad del calentamiento

El estudio comparó dos formas principales de preparar los músculos: el calentamiento activo y el pasivo. El primero consiste en moverse suavemente, como pedalear en bicicleta estática o hacer versiones ligeras de los ejercicios principales. El segundo eleva la temperatura usando fuentes externas de calor, como almohadillas térmicas o duchas calientes, sin actividad física previa. Ambos métodos lograron mejorar la capacidad de los músculos para contraerse con mayor rapidez y potencia.

Sin embargo, la diferencia fundamental no está en el método, sino en la adecuación del calentamiento al tipo de ejercicio que se realizará. JP Nunes, coautor del estudio, destacó: “El calentamiento debe ser similar al ejercicio que se va a realizar para activar mejor los músculos y optimizar los patrones de movimiento. La práctica ayuda a que el sistema nervioso aprenda en el momento”.

Simular los movimientos de la sesión principal favorece una mejor transferencia de beneficios y maximiza los resultados. La especificidad se revela así como el verdadero secreto de un calentamiento efectivo, más allá de la duración o intensidad general de la entrada en calor.

Señales internas y estrategia progresiva

Una pregunta frecuente entre deportistas es cómo saber cuándo el cuerpo está listo para pasar del calentamiento a la fase intensa del entrenamiento. Tony Blazevich, especialista en biomecánica de la misma universidad, explica que no hay reglas universales, pero ciertas señales indican que los músculos están listos: un ligero sudor, mayor coordinación, movimientos fluidos y la sensación de que el cuerpo responde con naturalidad.

Confiar en estas señales internas resulta más efectivo que seguir un tiempo fijo para todos. Cada deportista puede ajustar la entrada en calor según cómo se siente y según el tipo de ejercicio que realizará, adaptando el calentamiento a sus necesidades individuales y mejorando el potencial de rendimiento.

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Aunque existe consenso sobre los beneficios de calentar los músculos, la comunidad científica aún debate cuál es el protocolo óptimo. Factores como el sexo, el estado físico o la técnica para medir la temperatura no alteran significativamente los resultados, pero sí hacen que una estrategia progresiva, iniciando con movimientos sencillos y graduales, sea la opción más recomendable. De este modo, el calentamiento se convierte en un aliado imprescindible para prevenir lesiones y garantizar que la velocidad y la potencia del cuerpo estén al máximo cuando realmente importa.

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