Antonio Salazar fue secuestrado a los 4 años y violado por una pareja estadounidense durante mucho tiempo; ahora es uno de los abogados más importantes de EEUU y defensor de los trabajadores agrícolas

ESTADOS UNIDOS.— La vida de Antonio Salazar-Hobson estuvo marcada por el dolor desde muy pequeño, pero también por la fuerza de su madre y de sus raíces chicanas.

Su historia, recogida por BBC, muestra cómo sobrevivió a años de abuso, encontró un propósito y cumplió la promesa de volver con su familia.

Antonio nació en Phoenix, Arizona, hijo de Petra y Jesús, trabajadores agrícolas migrantes de México. Era el undécimo de 14 hermanos y recordaba a su madre con admiración:

Lo Curioso

David Vetter: La conmovedora historia del ‘niño burbuja

Es la mujer más hermosa que he visto en mi vida”.

En los años cincuenta, la familia trabajaba bajo el sol, expuesta a pesticidas y con bajos salarios. Como muchos chicanos, hablaban únicamente español en casa.

Te puede interesar: Familia de Romeo, niño de 5 años con cáncer de riñón, demanda a ICE por deportarlo a Honduras a pesar de ser ciudadano y necesitar tratamiento médico especializado

Los Hobson: de vecinos amables al secuestro

Una pareja blanca, Sarah y John Hobson, se acercó a la familia con gestos de aparente solidaridad. Compraban zapatos a los niños e incluso los llevaban a bautizos. Sin embargo, poco después comenzaron los abusos contra Antonio.

En febrero de 1960, cuando tenía 4 años, los Hobson lo secuestraron y lo llevaron a California. Allí lo aislaron en un huerto de naranjos y lo sometieron a abusos físicos, emocionales y sexuales durante más de dos años.

Para sobrevivir, Antonio creó un ritual: enterraba 15 ladrillos de adobe que representaban a sus padres y hermanos, y cada día “los resucitaba” con mensajes de amor y esperanza.

Abuso en un rancho y el encuentro con un vaquero

Con el tiempo, los Hobson lo enviaron a la escuela como “Tony S. Hobson”. Más tarde lo llevaron a un rancho en Nevada, donde volvió a sufrir abusos durante los veranos.

A los 9 años, tras un intento de suicidio, fue rescatado por un vaquero llamado Roy, quien lo protegió y logró que los Hobson dejaran de abusar sexualmente de él.

Desde entonces, Antonio enfocó sus fuerzas en la educación.

Te puede interesar: Pareja de jubilados escapa de los altos costos de la vida y venden todo para vivir a bordo de un crucero, viajando por todo el mundo por una no muy costosa renta mensual

Identidad chicana y encuentro con César Chávez

Durante su adolescencia, Antonio trabajó en el campo y comenzó a involucrarse con el movimiento de los Trabajadores Agrícolas Unidos. Allí conoció a César Chávez, quien le dio un propósito:

¿Considerarías convertirte en abogado laboral para la causa?”.

Ese encuentro marcó su vida. Antonio estudió en la Universidad de California en Santa Cruz y se graduó como abogado, decidido a defender a comunidades marginadas.

Lo Curioso

David Vetter: La conmovedora historia del ‘niño burbuja

Búsqueda y reencuentro con su madre

Ya como abogado, animado por su esposa Katherine, contrató a un investigador privado para localizar a su familia.

Su hermano Ramón respondió con emoción:

Hemos estado esperando saber de él”.

El reencuentro con su madre fue inmediato:

Tocó a la puerta, me miró y me abrazó. Fue como si fuera un niño otra vez”.

Pasó dos años compartiendo tiempo con ella antes de que Petra falleciera por enfermedades derivadas de la exposición a pesticidas.

Te puede interesar: La trágica historia de un músico que terminó con su vida tras un diagnóstico erróneo de cáncer terminal

Una promesa cumplida

Antonio nunca perdió un caso en los tribunales. Se convirtió en un defensor incansable de trabajadores agrícolas y sobrevivientes de abuso. Habla públicamente de su experiencia para apoyar a otras víctimas.

Corrí hacia la luz. Corrí hacia la bondad. Corrí hacia el valor de mi propio trabajo. Mi madre me preparó para la vida, y le estoy agradecido por eso”.

Su vida es testimonio de resiliencia, de la fuerza de las raíces chicanas y de la promesa que hizo de niño en un huerto de naranjos: volver con su familia y honrar a quienes lo formaron.

Te puede interesar: David Vetter: La conmovedora historia del ‘niño burbuja’