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Animales que duermen poco o de formas muy extrañas

Elefantes, jirafas y delfines apenas descansan unas horas al día, mientras que aves como el vencejo alpino pueden dormir en pleno vuelo.

Animales que duermen poco o de formas muy extrañas

CIUDAD DE MÉXICO.- En el mundo animal, dormir no siempre es una actividad prolongada ni profunda. Algunas especies han desarrollado hábitos de descanso verdaderamente sorprendentes para adaptarse a sus entornos. Los elefantes africanos, por ejemplo, apenas duermen dos horas al día, distribuidas en pequeñas siestas que suelen tomar de pie. Esta capacidad les permite mantenerse alertas ante posibles depredadores o desplazarse en busca de alimento.

Sueños breves y vigilias prolongadas

Otro caso curioso es el de las jirafas, que también limitan su sueño a menos de cinco horas diarias, en intervalos cortos que pueden durar solo unos minutos. A menudo descansan de pie, aunque para alcanzar un sueño más profundo se acuestan con el cuello doblado hacia atrás y la cabeza apoyada en el lomo, una posición conocida como “postura de aguja”.

Los delfines, ballenas y algunas especies de focas presentan un fenómeno aún más singular: el sueño unihemisférico. Esto significa que solo la mitad de su cerebro descansa mientras la otra mitad permanece activa, permitiéndoles nadar, respirar y mantenerse atentos. En algunos casos, las madres pueden pasar semanas sin dormir profundamente para cuidar a sus crías.

Dormir en vuelo o bajo el agua

El vencejo alpino es una de las aves más asombrosas en este sentido. Puede pasar hasta diez meses seguidos volando sin tocar tierra, y durante ese tiempo duerme en el aire con microepisodios de descanso que le permiten seguir en movimiento. Se alimenta, vuela y hasta se aparea sin detenerse, lo que lo convierte en un verdadero prodigio de la resistencia aérea.

En el mar, los elefantes marinos también destacan por sus hábitos de sueño extremos. Mientras están sumergidos, solo descansan alrededor de dos horas al día en siestas muy breves, de unos diez minutos. Curiosamente, cuando están en tierra firme pueden dormir hasta 14 horas seguidas, lo que muestra una gran flexibilidad en su comportamiento según el ambiente.

Otros animales, como las ranas toro, han desafiado durante años las investigaciones científicas. Durante mucho tiempo se pensó que no dormían, ya que siempre respondían a estímulos. Sin embargo, se ha descubierto que durante la hibernación sí experimentan períodos de sueño real, lo que pone en duda las formas tradicionales de definir el descanso.

Estrategias de descanso inusuales

Algunos animales han desarrollado posturas o conductas especiales para dormir sin correr riesgos. Es el caso de los caballos y las cebras, que duermen de pie gracias a un sistema de bloqueo en sus articulaciones. Estas especies suelen descansar en grupo, alternando turnos de vigilancia, lo que refuerza su seguridad. Las cebras, por ejemplo, se colocan en direcciones opuestas para tener una visión de 360 grados de su entorno.

Otros ejemplos llamativos son los flamencos y las nutrias marinas. Los primeros duermen sobre una sola pata, lo que les ayuda a mantener el equilibrio y conservar el calor corporal. Las nutrias, por su parte, se toman de las manos mientras flotan en el agua para no separarse durante la noche, una escena que resulta tan funcional como enternecedora.

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En el lado opuesto del espectro están los animales extremadamente dormilones. El murciélago marrón pequeño puede dormir hasta 20 horas al día, lo mismo que los perezosos, mientras que los koalas llegan a descansar hasta 22 horas diarias. Esta gran cantidad de sueño se relaciona con su dieta pobre en energía y su lento metabolismo.

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