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El estrés crónico y su impacto silencioso en el sistema nervioso

Esta desregulación se manifiesta en síntomas como ansiedad, insomnio, fatiga y dificultades cognitivas.

El estrés crónico y su impacto silencioso en el sistema nervioso

CIUDAD DE MÉXICO.- El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que nos exigen más de lo habitual. En pequeñas dosis, puede ser útil para mantenernos atentos y preparados. Sin embargo, cuando se vuelve constante, puede alterar el equilibrio del sistema nervioso y afectar tanto la salud física como la mental. Muchas personas viven con esta desregulación sin saberlo.

Cuando el cuerpo se mantiene en alerta constante

El sistema nervioso no solo reacciona ante el peligro, también regula la calma, el bienestar y la seguridad. Cuando este sistema se desequilibra por la exposición continua al estrés, pueden aparecer síntomas como ansiedad, agotamiento o dificultades para dormir, incluso sin que la persona lo relacione directamente con el estrés.

La doctora Gabriela González Alemán, experta en neurociencia, explicó que el estrés crónico puede alterar tanto la estructura como el funcionamiento del sistema nervioso. Estas alteraciones afectan la forma en que el cuerpo y la mente responden a los desafíos diarios, generando un desgaste silencioso pero persistente.

Cómo actúa el estrés en el cerebro y el cuerpo

Existen dos tipos principales de estrés: el agudo, que aparece ante una situación puntual que nos sobrepasa, y el crónico, que se instala a lo largo del tiempo. Ambos pueden activar el sistema nervioso simpático, el encargado de preparar al cuerpo para huir o enfrentar una amenaza. Esta reacción, aunque útil en momentos específicos, resulta perjudicial cuando se mantiene activa durante largos periodos.

El doctor Ignacio Saguier Padilla, especialista en neurología, detalló que este estado de alerta constante genera cambios a nivel cerebral, como en la corteza prefrontal y la amígdala, afectando la toma de decisiones, el control de emociones y la memoria. A largo plazo, el sistema nervioso puede perder su capacidad de autorregulación, lo que agrava el desequilibrio.

Entre los síntomas más frecuentes de esta desregulación se encuentran la taquicardia, la sudoración excesiva, el insomnio, la irritabilidad, el dolor muscular persistente y la dificultad para concentrarse. En muchos casos, estos signos se confunden con otras dolencias o simplemente se normalizan en la rutina.

Cómo restaurar el equilibrio del sistema nervioso

El sistema nervioso autónomo está compuesto por dos ramas: el simpático, que activa al cuerpo en situaciones de alerta, y el parasimpático, que promueve la relajación y la recuperación. Mantener el equilibrio entre ambos es clave para una buena salud mental y física. Cuando uno de estos sistemas predomina por mucho tiempo, el cuerpo sufre las consecuencias.

Según los especialistas, el estrés crónico también puede tener su origen en eventos traumáticos, malos hábitos de sueño, alimentación inadecuada o falta de descanso. Estos factores, si no se corrigen, impiden que el cuerpo recupere su equilibrio natural y favorecen el desarrollo de enfermedades crónicas relacionadas con el estrés.

Por eso, restablecer el sistema nervioso implica pasar del estado de alerta a un estado de relajación, donde el cuerpo puede descansar, repararse y funcionar de forma adecuada. Para lograrlo, existen diversas estrategias que se pueden aplicar en la vida cotidiana.

Estrategias para cuidar el sistema nervioso

El doctor Saguier Padilla recomendó un abordaje integral que incluya técnicas de relajación, terapia emocional y actividad física suave. También sugirió el uso de estrategias como la respiración diafragmática, el yoga y la meditación, especialmente si no hay una causa orgánica evidente detrás del desequilibrio.

Por su parte, la doctora González Alemán destacó algunas prácticas concretas que ayudan a activar el sistema nervioso parasimpático: caminar al menos 15 minutos al día, practicar mindfulness, buscar espacios naturales, mantener relaciones afectivas saludables y evitar el uso de pantallas antes de dormir.

Además, dormir temprano, cenar con anticipación, evitar ambientes demasiado cálidos por la noche y usar frazadas pesadas en invierno son hábitos sencillos que favorecen la relajación y la regulación del sistema nervioso. Aunque parezcan detalles menores, estos cambios pueden marcar una gran diferencia.

Un llamado a reconocer los síntomas y actuar

Muchas personas viven con estrés crónico sin identificar su impacto en el sistema nervioso. Se sienten cansadas, irritables o con problemas de concentración, sin saber que estas señales pueden deberse a una desregulación que se ha ido instalando con el tiempo. Reconocer estos signos es el primer paso para buscar ayuda y adoptar medidas que favorezcan el bienestar.

El sistema nervioso necesita descansar, igual que cualquier otra parte del cuerpo. Si se le exige de más sin permitirle recuperarse, se desgasta y empieza a fallar. Por eso es tan importante prestarle atención a nuestro estado emocional, físico y mental, y hacer cambios sostenibles para protegerlo.

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En definitiva, cuidar del sistema nervioso no solo mejora la salud mental, también permite enfrentar mejor los desafíos cotidianos. Con hábitos simples y consistentes, es posible recuperar el equilibrio perdido y prevenir enfermedades derivadas del estrés prolongado.

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