Seis prácticas sencillas para reducir el estrés en minutos, según National Geographic
Estas acciones activan respuestas fisiológicas que ayudan a regular el sistema nervioso, mejorar el ánimo y promover el bienestar físico y emocional sin necesidad de equipo especial ni mucho tiempo.
CIUDAD DE MÉXICO.- El estrés forma parte de la vida cotidiana para muchas personas. Reuniones constantes, listas interminables de pendientes y la exposición continua a información pueden provocar mal humor, fatiga física y desajustes en el cuerpo. Según National Geographic, esta reacción del organismo puede alterar el sueño, acelerar los latidos del corazón y debilitar el sistema inmunológico.
El estrés diario y sus efectos físicos
Frente a esto, diversas investigaciones han demostrado que ciertas acciones simples pueden ayudar a restaurar el equilibrio del sistema nervioso. No se trata de soluciones complejas ni de terapias costosas, sino de hábitos breves que se pueden aplicar fácilmente en casa, en la oficina o incluso en medio del tránsito.
Entre los factores clave para enfrentar el estrés, destaca la conexión entre cuerpo y mente. Técnicas relacionadas con la respiración, la postura, el contacto físico o la exposición a la luz natural generan respuestas positivas tanto a nivel físico como emocional, facilitando un retorno a la calma.
Respirar, abrazar y sentir
Una de las estrategias más efectivas es la respiración profunda y controlada. Según el medio, inhalar y exhalar en ciclos de seis segundos, práctica conocida como “respiración coherente”, ayuda a estabilizar el ritmo cardíaco, reducir la presión arterial y disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Además, mejora la concentración y favorece la regulación emocional.
Otra acción poderosa es el contacto físico breve. Un simple abrazo puede activar la liberación de oxitocina, hormona que promueve la calma y fortalece los lazos sociales. Incluso pequeños gestos como colocarse una mano en el pecho o frotarse los brazos pueden generar efectos similares y están al alcance de cualquiera, en cualquier momento.
Estas formas de contacto, aunque parezcan menores, activan zonas del cerebro vinculadas con la seguridad y el bienestar. No solo ayudan a sentirse acompañado, sino que también regulan funciones internas relacionadas con la estabilidad emocional.
Naturaleza, movimiento y música
Pasar unos minutos al aire libre también puede marcar una diferencia. National Geographic señala que los beneficios de la luz solar y la cercanía con la vegetación son casi inmediatos. Apenas dos minutos de exposición pueden mejorar el estado de ánimo, reducir la inflamación y favorecer la estabilidad fisiológica, gracias a la regulación del ritmo circadiano y de la frecuencia cardíaca.
Caminar es otra estrategia sencilla pero poderosa. Investigaciones citadas por el medio muestran que caminar activa zonas del cerebro asociadas con la creatividad y la toma de decisiones. De hecho, un estudio de la Universidad de Stanford concluyó que las personas que caminaban generaban más ideas creativas que aquellas que permanecían sentadas, y ese efecto se mantenía incluso después del paseo.
Por último, la música también tiene un rol destacado. Escuchar canciones que resulten agradables puede reducir los niveles de cortisol, aumentar la dopamina y mejorar la respuesta inmunológica. La música estimula áreas cerebrales relacionadas con la emoción y la memoria, produciendo un cambio de ánimo casi instantáneo.
Estrategias accesibles y efectivas
Estas seis estrategias —respiración profunda, contacto físico, luz natural, movimiento, postura erguida y música— son accesibles, rápidas y no requieren equipo especial. Lo importante es aplicarlas con regularidad para obtener sus beneficios de forma acumulativa.
Incorporarlas en la rutina diaria puede hacer una gran diferencia, sobre todo en momentos de alta tensión o durante jornadas exigentes. Son recursos sencillos pero eficaces que permiten retomar el equilibrio en medio del caos cotidiano.
En un contexto en el que el estrés parece inevitable, contar con herramientas prácticas y respaldadas por la ciencia puede ser un primer paso hacia una vida más equilibrada y saludable.