Niños de familias adineradas tienen menos estrés y mayor esperanza de vida, según nuevo estudio

CIUDAD DE MÉXICO.- Un estudio reciente realizado por el Imperial College de Londres reveló que los niños de familias con menos recursos económicos podrían estar en desventaja biológica desde temprana edad. La investigación encontró que estos menores producen hasta 23% más cortisol —conocido como la hormona del estrés— en comparación con los niños de familias más acomodadas, lo que provoca un envejecimiento celular anticipado de hasta 10 años.

Más estrés, menos años de vida

La investigación, publicada el 5 de junio en la revista The Lancet, analizó a 1,160 menores de entre 5 y 12 años provenientes de seis países europeos: Reino Unido, Francia, España, Noruega, Lituania y Grecia. Este fue el estudio más grande hasta la fecha en analizar la relación entre nivel socioeconómico, estrés y longitud de los telómeros, que son las estructuras que protegen el ADN y que se acortan con la edad o bajo condiciones de estrés celular.

Para medir el nivel de vida, los investigadores usaron la Escala Internacional de Afluencia Familiar, que considera elementos como la posesión de automóviles y aparatos electrónicos, si los niños comparten habitación y si han viajado al extranjero. A partir de estas variables, se determinó la situación económica de cada participante y su relación con los indicadores biológicos.

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Impacto del estrés en el cuerpo infantil

El equipo científico tomó muestras de orina para medir el cortisol, y extrajo sangre para analizar los telómeros a nivel genético. Se sabe que niveles elevados de cortisol afectan la longitud de los telómeros, acelerando su desgaste y provocando lo que los expertos llaman “desgaste biológico”. Este daño celular puede aumentar el riesgo de enfermedades como cáncer, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares a lo largo de la vida.

Los niños de familias con mayor poder adquisitivo presentaron telómeros hasta 5% más largos, lo que indica una mayor protección celular y, en teoría, una mayor esperanza de vida. El doctor Oliver Robinson, uno de los autores del estudio, advirtió que el entorno económico de los menores puede ponerlos en desventaja desde su infancia, comprometiendo su salud a largo plazo.

“No atender este problema significa poner a ciertos niños en un camino hacia una vida menos saludable y más corta”, comentó Robinson. El hallazgo refuerza la necesidad de tomar acciones tempranas para reducir el impacto del estrés en la infancia, sobre todo en entornos donde las carencias materiales generan mayores tensiones psicológicas.

Condiciones que elevan el estrés infantil

La investigadora Kendal Marston explicó que factores como compartir habitación con varios familiares o carecer de herramientas tecnológicas básicas para el estudio, como una computadora, son ejemplos cotidianos del estrés que enfrentan los niños con menos recursos. Estas situaciones, aunque comunes, pueden tener efectos biológicos profundos.

Aunque ya se había estudiado la relación entre el estrés y el envejecimiento celular en adultos, este estudio es pionero en demostrar que esa conexión también se da en la niñez. Esto abre una ventana de oportunidad para intervenir a tiempo y prevenir enfermedades relacionadas con el desgaste biológico.

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Los expertos concluyeron que es urgente que las políticas públicas se enfoquen en reducir las desigualdades desde los primeros años de vida. Invertir en el bienestar infantil, coincidieron, no sólo mejora la calidad de vida, sino que puede también alargarla de forma significativa.