¿A qué se debe el “olor a viejo”? Una experta explica su origen y cómo combatirlo con un superalimento

CIUDAD DE MÉXICO.- Hay un olor que muchas personas identifican al instante y que suele resultar incómodo: el llamado “olor a viejo”. Este aroma, descrito por algunos como una mezcla de bolas de naftalina, cartón mojado y hojas secas, no es sólo un estereotipo ni algo que se pueda eliminar con jabón. De acuerdo con la experta en longevidad Leslie Kenny, este olor tiene una causa biológica concreta y podría prevenirse desde el interior del cuerpo.

El misterioso aroma del envejecimiento

Según Kenny, fundadora de Oxford Healthspan, el culpable es un proceso conocido como peroxidación lipídica. Conforme envejecemos, disminuye nuestra capacidad antioxidante natural, lo que provoca que ciertos lípidos (grasas) en la piel se oxiden. Esto da lugar a una sustancia llamada 2-nonenal, responsable directa del característico olor. Debido a la baja renovación celular en edades avanzadas, esta sustancia se acumula y persiste, incluso con una buena higiene.

A diferencia del sudor, este aroma no puede cubrirse con perfume ni eliminarse con baños frecuentes. “El perfume sólo se monta encima del olor y le da un toque más mustio”, explicó Kenny. Esto se debe a que el origen del aroma es interno y está relacionado con procesos celulares más que con la suciedad o la falta de aseo.

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Una solución desde el interior del cuerpo

Frente a este problema, la clave no está en productos cosméticos, sino en la alimentación. Kenny propone combatir el olor desde adentro, incorporando alimentos ricos en antioxidantes, especialmente un grupo en particular: los hongos. En especial, recomienda el consumo de hongos shiitake y ostras, ya que aportan altos niveles de ergotionina, un aminoácido con potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias.

Este compuesto ayuda a detener la peroxidación de los lípidos antes de que aparezca el 2-nonenal. Además, los hongos son fuente de espermidina, una sustancia que estimula la autofagia, un proceso de limpieza celular que elimina componentes dañados y favorece la regeneración. Al activar la autofagia, se mejora el recambio celular, lo que contribuye a reducir el olor corporal asociado a la edad.

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Kenny señala que este enfoque es útil tanto de forma preventiva como correctiva. Es decir, las personas pueden beneficiarse al incluir hongos en su dieta desde la perimenopausia, así como en etapas más avanzadas de la vida, cuando el olor ya se ha manifestado. “Son el alimento perfecto para combatir este olor porque ayudan a renovar las células y a prevenir su acumulación”, afirmó.

Beneficios que van más allá del olfato

Además de ayudar a controlar el olor corporal relacionado con la edad, los hongos ofrecen otros beneficios importantes para la salud. Estudios recientes han demostrado que una dieta rica en hongos puede reducir a la mitad el riesgo de deterioro cognitivo, proteger contra el daño cerebral, mejorar la sensibilidad a la insulina y disminuir la presión arterial. También se han asociado con una menor probabilidad de desarrollar cáncer de mama y próstata.

El Centro Oncológico MD Anderson, de la Universidad de Texas, señala que los extractos de hongos se utilizan como complemento en tratamientos contra el cáncer en países como Japón y China. Esto se debe a su riqueza en vitamina D y otras propiedades que refuerzan el sistema inmunológico.

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Aunque el “olor a viejo” puede parecer un tema tabú o trivial, entender su origen y saber que es posible reducirlo a través de la alimentación es una herramienta útil para mejorar la calidad de vida de las personas mayores. Y en ese camino, los hongos —humildes pero poderosos— parecen ser grandes aliados.