El ADN podría impedir que algunas personas bajen de peso, incluso con una dieta saludable, según un nuevo estudio
Un estudio de Harvard y la Universidad Ben Gurion reveló que una tercera parte de las personas que siguen una dieta saludable no pierde peso, aunque sí mejora su salud metabólica.
CIUDAD DE MÉXICO.- Una nueva investigación liderada por la Escuela de Salud Pública de Harvard T.H. Chan y la Universidad Ben Gurion de Israel encontró que una tercera parte de las personas que siguen una dieta saludable no pierden peso. Sin embargo, estos individuos sí muestran beneficios importantes para su salud, como una mejoría en los niveles de colesterol, reducción de grasa visceral y menores niveles de leptina, una hormona relacionada con el apetito.
Resultados inesperados en la pérdida de peso
El estudio, publicado en el European Journal of Preventive Cardiology, evaluó durante 18 a 24 meses a 761 personas en Israel con obesidad abdominal. Los participantes fueron asignados a diferentes tipos de dietas saludables —bajas en grasa, bajas en carbohidratos, mediterránea y mediterránea verde— para analizar su impacto tanto en el peso como en otros indicadores de salud.
Al término de los ensayos, los resultados mostraron que 36% de los participantes logró una pérdida de peso clínicamente significativa, otro 36% bajó de manera moderada y un 28% no perdió peso o incluso subió. A pesar de esto, todos los grupos registraron mejorías metabólicas, especialmente los adultos mayores y mujeres que no bajaron de peso, lo que sugiere que la salud puede mejorar aunque el peso se mantenga igual.
¿La genética tiene algo que ver?
La autora principal del estudio, Anat Yaskolka Meir, del Departamento de Epidemiología de Harvard, explicó que la sociedad tiende a asociar salud con pérdida de peso, y que quienes no logran adelgazar suelen ser vistos como fracasos. No obstante, esta investigación demuestra que incluso sin perder peso, adoptar hábitos alimenticios saludables tiene efectos positivos.
Expertos como el endocrinólogo Philip Rabito, quien no participó en el estudio, coinciden en que factores genéticos pueden influir en la capacidad de una persona para bajar de peso. En su experiencia clínica, ha observado que algunos pacientes, aun con las mismas estrategias de alimentación y estilo de vida, responden de forma muy distinta.
Rabito añadió que, aunque algunas personas pierden peso con mayor dificultad, es posible lograr resultados con orientación adecuada, constancia y programas personalizados. Incluso si el cambio en la balanza es mínimo, los beneficios para la salud son evidentes.
Tratamientos personalizados para combatir la obesidad
Manoel Galvao Neto, director de investigación bariátrica en Orlando Health, también destacó el papel del ADN. Según explicó, la genética puede determinar cómo se almacena la grasa, la respuesta al ejercicio y hasta el apetito. Por ello, considera que los tratamientos contra la obesidad deben adaptarse a las características de cada persona.
Gracias a los avances científicos, se están desarrollando tratamientos más personalizados que permiten mejores resultados, incluso para quienes tienen desventajas genéticas. Por ejemplo, en personas con marcadores de “cerebro hambriento”, ciertos medicamentos como los agonistas GLP-1 pueden aumentar la pérdida de peso hasta en un 20%.
Neto subrayó que la obesidad es una enfermedad crónica y progresiva, sin una cura definitiva por ahora. Sin embargo, el conocimiento actual permite controlarla mejor. Su recomendación para quienes buscan bajar de peso es conocerse a sí mismos y buscar apoyo profesional para trazar un camino adecuado y efectivo hacia una mejor salud.