Tu modo de transportarte influye en tu riesgo de demencia: estas son las mejores y peores opciones
Andar en bicicleta es la opción más beneficiosa para la salud cerebral, seguido por caminar.

CIUDAD DE MÉXICO.- Un estudio reciente ha revelado que la manera en la que las personas se trasladan día con día no solo influye en su estado de ánimo o estrés, sino también en la salud de su cerebro a largo plazo. La investigación, publicada recientemente, sugiere que elegir entre caminar, conducir, usar transporte público o andar en bicicleta puede marcar una diferencia significativa en el riesgo de desarrollar demencia.
Cómo tu forma de transporte puede influir en la salud de tu cerebro
La doctora Liron Sinvani, geriatra e investigadora de Northwell Health, explicó que el envejecimiento cerebral está influido por factores genéticos y ambientales, y que algunos de estos factores se pueden modificar con cambios de hábitos. Uno de los más importantes es la actividad física, que desde hace tiempo se ha asociado con un menor riesgo de deterioro cognitivo.
Frente a este panorama, el estudio destaca que andar en bicicleta es, entre las opciones de transporte, la mejor alternativa para mantener la salud cerebral. Se trata de una actividad que combina ejercicio moderado a intenso con la necesidad de equilibrio y coordinación, lo que estimula diversas funciones cerebrales más allá de las que se activan al caminar.
La bicicleta como aliada del cerebro
El uso de la bicicleta implica mayor complejidad motora y cognitiva que caminar, lo que podría explicar su impacto más fuerte en la prevención de la demencia. “Se cree que al requerir equilibrio, atención y planificación, se activan regiones cerebrales que no se ejercitan tanto con otros medios de transporte”, comentó Sinvani, quien no participó directamente en el estudio.
Si bien pedalear no siempre es una opción viable para todos, caminar sigue siendo una buena segunda alternativa. Lo que el estudio desaconseja es depender en exceso del transporte público o de servicios como Uber, ya que estas opciones suelen implicar poca o nula actividad física y mínima estimulación mental.
Sorprendentemente, conducir un automóvil mostró tener un impacto ligeramente más positivo que usar transporte público. Esto podría deberse a que manejar exige concentración, coordinación y toma de decisiones constantes, lo cual mantiene al cerebro en acción, aunque no tanto como andar en bicicleta.
Cambios pequeños, beneficios duraderos
Más allá del tipo de transporte, los expertos coinciden en que lo esencial es adoptar un estilo de vida activo y evitar el aislamiento social. Hacer ejercicio, salir de casa y tener contacto con otras personas son elementos clave para una salud cerebral duradera.
Para la doctora Sinvani, el enfoque no debe limitarse a hacer ejercicio en horarios específicos, sino incorporar movimiento en la vida diaria. Optar por la bicicleta o caminar en lugar de manejar puede ser un cambio sencillo pero poderoso. “Lo importante es mantenerse en movimiento y aprovechar cada oportunidad para activar el cuerpo y el cerebro”, señaló.
La investigación coincide con estudios anteriores que identifican al ejercicio físico y a la interacción social como los dos factores más modificables para reducir el riesgo de demencia. Así que, si el tiempo es limitado, ir al trabajo en bicicleta y acompañado podría ser una de las mejores inversiones que una persona puede hacer por su salud mental.
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