El 61.7 % de las personas con insomnio tienen este rasgo de personalidad: y qué significa eso para su tratamiento
Las personas con altos niveles de ansiedad, preocupación e irritabilidad tienen más dificultades para dormir.

CIUDAD DE MÉXICO.- Dormir bien no es tarea fácil para todos. Se estima que alrededor del 12% de los estadounidenses sufren de insomnio crónico, es decir, tienen dificultades para conciliar el sueño, mantenerse dormidos o volver a dormir después de despertar por la noche. Además, un 30% más reporta experimentar este problema ocasionalmente.
Un problema que afecta a millones
Los investigadores han identificado tres factores principales, conocidos como las “3 P” del insomnio: los predisponentes (como condiciones médicas, edad y antecedentes familiares), los precipitantes (como eventos estresantes y trastornos mentales), y los perpetuantes (como malos hábitos de sueño que mantienen el problema).
Ahora, un estudio reciente de la Universidad de São Paulo, en Brasil, ha arrojado nueva luz sobre otro posible elemento que influye en la falta de sueño: la personalidad. En particular, los científicos encontraron que ciertos rasgos podrían estar relacionados con la persistencia del insomnio.
El papel de la personalidad en el insomnio
El equipo liderado por la psicóloga del sueño Bárbara Araújo Conway aplicó la teoría de los “Big Five” o “Cinco Grandes Rasgos de Personalidad” en un análisis a 595 personas, divididas entre quienes sufrían insomnio y quienes no. Los participantes, de entre 18 y 59 años, completaron un cuestionario de 60 preguntas para identificar sus rasgos de personalidad.
El resultado más llamativo fue que el 61.7% de los insomnes presentaban niveles altos de neuroticismo, en comparación con el 32% del grupo que no tenía problemas de sueño. También se encontraron diferencias en otros rasgos: los insomnes tendían a ser menos abiertos a nuevas experiencias, menos organizados y menos afables, aunque no se observó una relación clara con la extroversión.
Conway explicó que el neuroticismo fue el rasgo más marcado en quienes no pueden dormir bien. Este rasgo se caracteriza por una tendencia a la ansiedad, la preocupación y la irritabilidad, lo que puede contribuir a pensamientos acelerados, tensión muscular y dificultad para relajarse, factores que interfieren directamente con el descanso.
Hacia tratamientos más personalizados
La ansiedad, entonces, podría estar alimentando el insomnio. Por ello, los expertos recomiendan tratar ambos problemas de manera conjunta. De hecho, la depresión no pareció estar tan ligada a la falta de sueño como la ansiedad, según los resultados del estudio publicado en el Journal of Sleep Research.
Esto abre la puerta a enfoques más personalizados para tratar el insomnio. Actualmente existen medicamentos, técnicas de relajación y terapias conductuales como la Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (CBT-I), que busca cambiar patrones mentales y conductas que dificultan el sueño.
“Así como no existe un medicamento que funcione para todos, tampoco hay una sola terapia que resuelva el insomnio en cada caso”, señaló Conway. Por eso, los investigadores destacan la importancia de evaluar la historia y las necesidades específicas de cada paciente para ofrecer soluciones más efectivas y duraderas.
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