Según un psicólogo, los adultos deberían considerar retomar sus pasatiempos de la infancia
Retomar pasatiempos de la infancia no solo evoca recuerdos, sino que también aporta beneficios emocionales y psicológicos, como mayor optimismo y resiliencia ante desafíos.

CIUDAD DE MÉXICO.- Oona Varga pasó su infancia deslizándose sobre el hielo en el Steinberg Skating Rink, en su ciudad natal de St. Louis. Durante el verano, sus tardes se llenaban de la emoción de patinar sobre sus patines de ruedas por las calles del vecindario. Sin embargo, fue a los ocho años cuando su pasión por el patinaje comenzó de manera inesperada, gracias a un par de patines usados que su amiga compró en Craigslist. Desde el primer momento en que los ajustó, Varga quedó cautivada.
A pesar de que el patinaje fue una fuente de alegría durante su niñez, al entrar en la adolescencia, este pasatiempo fue quedando atrás. No fue hasta unos años atrás, cuando a los 22 años, Varga decidió invertir en un par de patines de ruedas nuevos y bien ajustados, que su pasión por el patinaje volvió a renacer. Para ella, patinar ya no solo se trataba de una actividad física, sino de recuperar la sensación de libertad y alegría que experimentaba cuando era niña.
Hoy en día, Varga disfruta de nuevo del patinaje, un hobby que le evoca la nostalgia de aquellos momentos felices de su niñez. “Cuando era más joven, me imaginaba en una película de los 80 mientras patinaba”, comenta Varga. “Ahora, patinar me trae recuerdos de mi infancia y esa misma emoción de libertad.”
El Juego: Una Fuente de Bienestar Emocional y Mental
El regreso a las actividades infantiles no solo tiene un valor nostálgico, sino que también puede traer beneficios emocionales y psicológicos. Según la psicóloga Dr. Ramani Durvasula, retomar un hobby de la niñez puede ser una forma de escapar del estrés diario. Si algo nos brindaba consuelo de pequeños, es probable que todavía lo haga en la adultez, ayudándonos a relajarnos y encontrar un espacio para la creatividad y la imaginación.
Un estudio realizado durante la segunda ola de la pandemia de Covid-19 en 2021 reveló que las personas que mantenían una actitud juguetona y se involucraban en actividades recreativas eran más optimistas, tenían mejores habilidades para enfrentar desafíos y experimentaban una mayor satisfacción al realizar estas actividades, a pesar de las dificultades comunes. Los expertos en neurociencia explican que cuando jugamos, el sistema límbico del cerebro se activa, promoviendo conexiones que nutren nuestra salud mental.
Volver a esas actividades que solían ser parte de la infancia, como el patinaje o incluso juegos sencillos, puede ser una forma efectiva de mejorar nuestra calidad de vida. Estos momentos de juego nos permiten reconectar con nosotros mismos, liberar tensiones y, al mismo tiempo, recordar la alegría que sentimos de niños.
Redescubrir un Hábito y Crear Nuevas Conexiones
La idea de regresar a un pasatiempo de la infancia puede sonar intimidante para muchos adultos. Sin embargo, la psicóloga Durvasula destaca la importancia de no ver el juego como algo infantil o innecesario, sino como una herramienta valiosa para mejorar nuestra salud mental y emocional. Actividades como pintar, hacer rompecabezas, o incluso bailar ballet en la privacidad de casa, pueden ofrecer una oportunidad para relajarnos, desarrollar nuevas habilidades y, en algunos casos, abrirnos a nuevas experiencias.
El psicólogo Dr. Stuart Brown, creador del concepto de las “personalidades del juego”, sugiere que cada persona tiene un estilo de juego natural que puede ser identificado para disfrutar de actividades que realmente nos llenen. Algunos pueden sentirse atraídos por actividades creativas como la pintura o la creación de manualidades, mientras que otros pueden optar por deportes o juegos competitivos. Conocer nuestro estilo de juego puede ayudarnos a elegir pasatiempos que no solo nos hagan sentir bien, sino que también fomenten nuestro bienestar general.
Además, el regreso a estos pasatiempos puede enriquecer nuestra vida de forma inesperada, incluso mejorando nuestra creatividad y motivación en otras áreas de nuestra vida, como el trabajo o las relaciones personales. Las actividades manuales no solo son divertidas, sino que también promueven un sentido de eficacia, es decir, la satisfacción que viene al completar tareas y mejorar habilidades.
El Juego Como Estrategia Para Mejorar la Productividad y el Bienestar
Incorporar un pasatiempo a nuestra rutina diaria puede ser más fácil de lo que parece. Durvasula recomienda mantener los materiales necesarios para nuestras actividades cerca de los lugares donde más relajamos, como el sofá o la mesa de café, de modo que sea más sencillo acceder a ellos cuando tengamos tiempo libre. Incluso si nuestra rutina está muy ocupada, dedicarle tiempo al juego puede tener un impacto positivo en nuestro estado de ánimo y en nuestra productividad general.
El simple acto de empezar puede ser el primer paso hacia un cambio significativo. Si la idea de realizar una actividad como el ballet o la pintura nos genera dudas, comenzar con tutoriales en línea desde la comodidad de nuestra casa puede ayudarnos a ganar confianza sin sentir presión. Es importante enfocarnos en disfrutar del proceso, sin esperar ser perfectos, lo que nos permitirá liberarnos de las expectativas sociales y de la productividad constante.
Crear un espacio para el juego y la creatividad dentro de nuestras agendas también puede mejorar nuestra salud mental, especialmente en momentos de estrés o incertidumbre. Programar tiempo para hacer algo divertido y relajante, como hacer manualidades o practicar algún deporte, puede ser la clave para encontrar el equilibrio entre el trabajo y el disfrute personal.
Conclusión: Disfrutar del Juego Sin Barreras
El regreso a las actividades lúdicas de la infancia no debe verse como una actividad sin valor. Por el contrario, redescubrir estos pasatiempos puede ser una forma poderosa de cuidar nuestra salud emocional y mental. Desde el patinaje hasta la creación de manualidades, las actividades que nos conectan con la alegría y la creatividad pueden transformar nuestra vida diaria, ayudándonos a sobrellevar los desafíos de la adultez con mayor resiliencia y optimismo.
Es importante recordar que el juego no tiene edad y siempre es posible encontrar algo que nos inspire a reavivar esa chispa de diversión que alguna vez nos acompañó. Así, el simple acto de jugar puede convertirse en una de las herramientas más efectivas para fomentar nuestro bienestar a lo largo de la vida.
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