“Twiggy” La primera supermodelo de la historia: ¿Cómo llegó a convertirse en un ícono de la moda?

En los vibrantes años 60, un nombre emergió en el mundo de la moda y transformó los estándares de belleza para siempre: Twiggy. Leslie Hornby, mejor conocida por este apodo que hace referencia a su figura delgada (como una “ramita”), se convirtió en un ícono juvenil y su influencia sigue vigente hasta el día de hoy. Esta joven londinense de aspecto singular y físico andrógino revolucionó la moda, redefiniendo la imagen de las modelos y estableciéndose como la primera supermodelo de la historia.

En los años 60, la juventud estaba en el centro de movimientos culturales importantes, y Londres era el epicentro de la creatividad y la contracultura, un fenómeno conocido como “Swinging London”. Antes de Twiggy, el estereotipo de belleza femenina estaba fuertemente influenciado por figuras como Marilyn Monroe, quienes representaban una imagen más curvilínea y voluptuosa. Sin embargo, Twiggy irrumpió en escena con un físico totalmente opuesto: delgada, de rostro aniñado y ojos grandes. Su apariencia fresca y moderna la convirtió en la representante de una nueva generación, con jóvenes que querían romper con los ideales de sus padres, aquellos que habían vivido la Segunda Guerra Mundial.

Twiggy, nacida en 1949, provenía de una familia de clase obrera en Inglaterra. Trabajaba en una peluquería y su vida dio un giro radical cuando, a los 16 años, un encuentro fortuito la llevó a ser fotografiada para una revista. Su físico, lejos de las convenciones, llamó la atención de la industria. Medía 1.68 m y pesaba solo 40 kg, características que inicialmente no parecían encajar en los estándares de las modelos tradicionales, pero que se convirtieron en su mayor atractivo.

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Nigel Davies, quien la descubrió, vio su potencial e impulsó su carrera. En poco tiempo, Twiggy no solo se convirtió en un fenómeno en Londres, sino también en Estados Unidos, donde llegó a protagonizar incontables portadas de revistas. Su impacto fue tal que se realizaron concursos de “gemelas de Twiggy”, en los que adolescentes replicaban su icónico look.

Un rostro que definió una era

Twiggy no solo cambió la forma en la que se percibía la belleza, sino que también influyó en la estética de la moda. Su corte de cabello corto y su estilo de maquillaje, con pestañas exageradas y ojos delineados, se convirtieron en su sello personal. Su imagen, entre lo infantil y lo moderno, representaba una ruptura con los moldes tradicionales y reflejaba el deseo de la juventud por mirar hacia el futuro y alejarse de las sombras del pasado.

Aunque Twiggy alcanzó la fama como modelo, su ambición no se limitaba a la pasarela. Probó suerte en la música y el cine, aunque como muchos casos de supermodelos, su carrera en estas áreas no fue tan exitosa como en la moda. Sin embargo, su influencia trascendió. No era común que el nombre de una modelo llegara al gran público, pero Twiggy fue una excepción. Su popularidad no disminuyó con el paso de los años. A lo largo de su vida, ha presentado sus propias colecciones de ropa y ha sido parte de campañas publicitarias importantes. Incluso en la alfombra roja, su presencia sigue siendo notable.

Twiggy fue pionera en marcar el inicio de las supermodelos y abrió el camino para que futuras figuras, como Naomi Campbell y Linda Evangelista, siguieran su legado en las décadas siguientes. Su influencia no se ha desvanecido: su estilo andrógino y su capacidad para romper moldes han inspirado a generaciones de modelos, desde Kate Moss hasta Kendall Jenner.

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La historia de Twiggy es la de una joven que, sin cumplir con los estándares tradicionales de belleza, logró cautivar al mundo con su originalidad. Revolucionó la industria de la moda al representar a una generación que ansiaba el cambio, marcando el inicio de una era en la que las reglas de la belleza serían para siempre redefinidas. Twiggy no solo fue la primera supermodelo, sino un ícono cultural que dejó una huella imborrable en la historia de la moda.