¿Por qué Jorge Luis Borges nunca ganó un Nobel?
A lo largo de su vida, criticó duramente a colegas como Antonio Machado y Pablo Neruda, así como a instituciones como la Academia Sueca, que nunca le otorgó el Premio Nobel.
CIUDAD DE MÉXICO.- Hoy 24 de agosto se celebra el cumpleñaos de Jorge Luis Borges, uno de los íconos más grandes de la literatura argentina y mundial, siempre ha sido conocido no solo por su genialidad literaria, sino también por su conflictiva relación con sus colegas y con las instituciones que rigen el mundo literario. Este carácter distante y crítico se extendió incluso a la Academia Sueca, la entidad encargada de otorgar el prestigioso Premio Nobel de Literatura, del cual Borges fue repetidamente ignorado. Las opiniones mordaces del escritor hacia otros autores e instituciones llegaron a ser tan célebres como su obra misma.
Un ejemplo claro de su actitud desafiante fue su comentario sobre Antonio Machado, elogiando de forma casi insultante a su hermano menor: “No sabía que Manuel tuviera un hermano”. Aunque este tipo de frases le otorgaron una fama de polémico, siempre quedó en duda si sus declaraciones eran sinceras o simplemente una forma de construir su imagen pública. En ocasiones, Borges llegó a expresar opiniones contradictorias sobre los mismos autores; por ejemplo, mientras que públicamente elogiaba las obras de James Joyce, en privado comentaba que algunas de ellas eran “bobas”.
Críticas literarias y posturas personales
A lo largo de su vida, Borges mantuvo opiniones contradictorias sobre numerosos escritores. De James Joyce, por ejemplo, declaró que “Ulises” y “Finnegans Wake” eran las dos únicas obras que merecían ser rescatadas de la literatura de su tiempo. Sin embargo, en conversaciones íntimas con su amigo y colega Adolfo Bioy Casares, confesó que encontraba los cuentos de Dublineses “bobos” y criticó duramente aspectos de Ulises. Esta aparente contradicción reflejaba su compleja personalidad y su tendencia a decir lo que pensaba en cada momento sin preocuparse demasiado por las inconsistencias.
En el caso de Pablo Neruda, Borges no se mostró menos duro. Del poeta chileno dijo que era “cursi sin dar asco” y que esa característica era precisamente la que lo hacía popular entre los lectores. También criticó la evolución de su poesía, afirmando que Neruda comenzaba bien, inspirado por la lectura de Walt Whitman, pero que posteriormente perdía el rumbo en sus versos. Esta actitud crítica no solo lo distanció de otros escritores, sino también, posiblemente, de la Academia Sueca, que decidió otorgar el Nobel a Neruda en 1971.
El enigma del Nobel no concedido
Durante años, se especuló que Borges estaba destinado a recibir el Premio Nobel de Literatura, especialmente en 1967, cuando su nombre sonaba con fuerza entre los posibles galardonados. Sin embargo, fue el guatemalteco Miguel Ángel Asturias quien se llevó el honor. Años después, se desclasificaron documentos en los que se revelaba que Borges fue descartado por el jurado, que lo consideraba “demasiado exclusivo o artificial en su ingenioso arte en miniatura”, un juicio que hoy se percibe como incomprensible y más bien como una razón para haberle otorgado el premio.
La relación de Borges con la política también jugó un papel en su exclusión. Su visita a Chile y sus elogios al dictador Augusto Pinochet causaron polémica, y su viuda, María Kodama, afirmó que esta postura fue decisiva en la negativa de la Academia Sueca a premiarlo. A esto se sumó su crítica hacia Artur Lundkvist, secretario de la institución, lo que pudo haber cerrado definitivamente la puerta a cualquier posibilidad de recibir el Nobel.
Una figura sin reconocimiento oficial
Borges es parte de un selecto grupo de escritores universales que, a pesar de su enorme contribución a la literatura, nunca recibieron el Premio Nobel. Su caso plantea preguntas sobre la relación entre el arte y la política en la concesión de premios literarios y si estas decisiones están verdaderamente basadas en méritos literarios o en consideraciones externas. De cualquier forma, la obra de Borges ha trascendido el tiempo y su influencia sigue presente, independientemente de que nunca haya recibido el galardón sueco.
El rechazo de la Academia hacia Borges parece haber sido más una cuestión de política que de literatura, lo que deja una reflexión importante sobre el valor de estos premios en la historia. Al igual que otros grandes escritores que fueron ignorados por el Nobel, Borges sigue siendo uno de los gigantes indiscutibles de la literatura mundial. Su legado continúa inspirando a generaciones de lectores y escritores, demostrando que el reconocimiento oficial no siempre es necesario para alcanzar la inmortalidad en las letras.
En resumen, la historia del Nobel no concedido a Borges es un recordatorio de que la genialidad literaria y los premios no siempre van de la mano. A pesar de las controversias y las críticas, su lugar en la historia de la literatura sigue siendo incuestionable.
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