¿Por qué muchos niños en el espectro autista prefieren las papas fritas?

MÉXICO.- Los trastornos del espectro autista (TEA) presentan un patrón de comportamiento único en cada niño; variando desde el funcionamiento bajo hasta uno alto. Sin embargo, hay una incógnita que se repite a menudo: ¿por qué los niños en el especto autista prefieren las papas fritas?

Durante los últimos años, numerosas series y películas han visibilizado más a las personas en el espectro autista, desde “The Big Bang Theory” con el personaje de Sheldon Cooper; o bien, “The Good Doctor” o “Atypical”, son algunas de las series más emblemáticas que retratan a personas que viven y abordan el autismo de forma interesante.

Según distintos expertos, entre algunos patrones de individuos en el espectro autista están los movimientos repetitivos; intereses limitados y repetitivos; debido a que se enfocan de forma intensa en temas específicos, a menudo investigando o coleccionando información sobre ello; o bien, también tienen rutinas y una gran predictibilidad, ya que prefieren la constancia antes de sentir la ansiedad por los cambios de su entorno.

Asimismo, la gente en el espectro autista reacciona de forma intensa a estímulos sensoriales como luces brillantes, sonidos fuertes o texturas inusuales; o bien, dificultades para comprender y expresar emociones, gestos o lenguaje no verbal, con una comunicación social atípica.

¿Por qué las personas en el espectro autista prefieren las papas fritas?

Con esto en mente, muchas personas en el espectro del autismo tienen una preferencia muy clara por las papas fritas. Es decir, los niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA) a menudo presentan una relación compleja con la alimentación.

Entre estas peculiaridades están la selectividad alimentaria, que se refiere a la restricción en la variedad de alimentos que la persona está dispuesta a comer; pues, en casos severos, el niño podría rechazar una gran cantidad de elementos por sus características sensoriales que van desde el olor, textura, sabor, color o bien: la temperatura.

Asimismo, los niños con TEA, pueden tener distintas reacciones negativas a ciertas texturas, sabores u olores de los alimentos, lo que dificultaría su adaptación.

Es decir, la preferencia por las papas fritas podría deberse a tres claves: la textura, pues las papas fritas son crujientes, lo que puede ser agradable para algunos niños con TEA; además de tener un sabor consistente, pues las papas fritas tienen un sabor uniforme, lo que puede ser reconfortante y finalmente: la rutina y familiaridad, ya que estos pueden convertirse en una opción segura y predecible.