¿Por qué debemos poner el celular en modo avión al volar?
Desde 2014, en la Unión Europea, se permiten dispositivos electrónicos encendidos durante todo el vuelo.
Todos conocemos de memoria la rutina: “Por favor, asegúrense de que sus asientos están en posición vertical, las bandejas plegadas, las ventanillas abiertas, las laptops guardadas en los compartimentos superiores y los dispositivos electrónicos en modo avión”.
Las cuatro primeras instrucciones tienen sentido. Las ventanillas deben estar abiertas para ver posibles emergencias, como un incendio. Las bandejas deben estar plegadas y los asientos en posición vertical para facilitar la evacuación. Las laptops deben guardarse para evitar que se conviertan en proyectiles en caso de turbulencias. Pero, ¿qué pasa con los teléfonos móviles?
Históricamente, se creía que los teléfonos móviles podían interferir con los instrumentos de vuelo. Los sistemas de navegación aérea, que se basan en radiofrecuencias, se han mejorado desde los años 20 para minimizar las interferencias. Las investigaciones en 1992, lideradas por la Autoridad Federal de Aviación de EE.UU. y Boeing, demostraron que los dispositivos electrónicos personales no causaban problemas durante las fases no críticas del vuelo.
En respuesta, la Comisión Federal de Comunicaciones de EE.UU. y otros gobiernos crearon frecuencias diferenciadas para evitar interferencias. Desde 2014, en la Unión Europea, se permiten dispositivos electrónicos encendidos durante todo el vuelo.
Entonces, ¿por qué seguimos poniendo los móviles en modo avión? El problema no reside tanto en la interferencia con los sistemas del avión, sino con las redes terrestres. Las torres de comunicación pueden sobrecargarse si los teléfonos de los pasajeros intentan conectarse simultáneamente desde el aire.
Además, la llegada de la tecnología 5G ha generado nuevas preocupaciones. Las redes 5G, apreciadas por su velocidad, utilizan un espectro de radiofrecuencias cercano al de los sistemas de navegación de los aviones. Esto podría causar interferencias con los radioaltímetros, instrumentos cruciales para los aterrizajes en condiciones de baja visibilidad.
Más allá de los aspectos técnicos, existe una preocupación social. La posibilidad de usar el teléfono para llamadas durante el vuelo podría alterar la experiencia a bordo. Las aerolíneas temen que el servicio a los pasajeros se vuelva ineficiente si todos están ocupados en sus llamadas. Además, en una época donde los comportamientos disruptivos son más frecuentes, el uso del móvil podría aumentar la tensión y el estrés entre los pasajeros.
Aunque los avances tecnológicos han minimizado las interferencias con los sistemas de vuelo, el uso de móviles sigue siendo restringido por razones prácticas y de seguridad. Las redes 5G y el riesgo de sobrecargar las torres de comunicación terrestre son preocupaciones actuales. Además, el impacto en la experiencia del vuelo y la eficiencia del servicio a bordo son factores importantes a considerar.
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Por lo tanto, mantener los teléfonos en modo avión es una medida prudente mientras se resuelven estos desafíos.
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