MÉXICO.- En Epazoyucan, Hidalgo, un pequeño pueblo lleno de historias, se ha destacado recientemente la conmovedora historia de Don Francisco Islas Pontaza, conocido afectuosamente como Don Perico, un hombre de 96 años que vivía solo y sin familiares cercanos que lo acompañaran en sus últimos días.

Don Perico, consciente de su situación y con una previsión notable, decidió utilizar el adelanto de la Pensión del Bienestar para hacer frente a uno de los momentos inevitables de la vida: su propio funeral. Esta decisión refleja tanto su pragmatismo como su deseo de no ser una carga para nadie, ni siquiera en la muerte.

Para llevar a cabo este acto de previsión, confió en una vecina de muy cercana a él para que administrara sus recursos, exactamente los 12 mil pesos que recbió de la pensión por adelantado. Esta vecina, consciente de la importancia de la responsabilidad que se le había otorgado, guardó el dinero con cuidado, cumpliendo fielmente con la voluntad de Don Perico y evitando cualquier posible malentendido político.

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Lo curioso

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Don Perico falleció, y sus vecinos le hicieron el funeral.

Sin embargo, el destino tomó su curso, y Don Perico falleció. Fue entonces cuando la solidaridad y la humanidad se hicieron presentes de una manera conmovedora. La vecina, honrando la confianza depositada en ella, se encargó de organizar un funeral digno para Don Perico, utilizando los fondos que él había dejado para este propósito específico.

El acto de solidaridad de la vecina no pasó desapercibido. Aunque ninguno de los familiares de Don Perico se presentó en el funeral, los vecinos del pueblo respondieron de manera ejemplar. Fueron ellos quienes, en un gesto de respeto y admiración, asistieron al funeral, llevando consigo flores y ofreciendo palabras de despedida para honrar la vida y la memoria de Don Perico.

Esta historia, que se ha difundido ampliamente a través de las redes sociales, ha generado una oleada de emociones entre los usuarios, quienes han expresado su conmoción y admiración por la actitud previsora de Don Perico y la solidaridad desinteresada de su vecina.