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VIDEO: Caso de Natascha Kampusch, la niña que fue secuestrada y vivió bajo tierra durante 8 años: Así luce la habitación donde la sobreviviente estuvo cautiva

Natascha Kampusch fue secuestrada cuando tenía 10 años y vivió bajo tierra hasta los 18, cuando pudo huir del hombre que le infligía toda clase de torturas físicas, sexuales y emocionales.

VIENA, Austria.- Mientras Natascha Kampusch, una niña de 10 años, caminaba de su casa a la escuela el 2 de marzo de 1998, un hombre, ahora identificado como Wolfgang Přiklopil, secuestró a la menor y la mantuvo cautiva en un sótano bajo tierra durante 8 años.

Ahora, los hechos ocurridos en Viena, Austria, pasaron a ser uno de los casos más famosos de la historia del crimen, y la gente todavía se sigue preguntando qué fue lo que pasó con la niña que estuvo secuestrado bajo tierra durante casi una década, un final que ella misma ha podido contar en su libro "3096 días".

El encierro

Cuando Natascha tenía 18 años, pudo huir de su secuestrador el 23 de agosto de 2006, y antes de que pudiera ser arrestado y juzgado, el hombre se suicidó tirándose a las vías del tren.

La víctima detalló a la policía el acceso a la habitación en la que estuvo encerrada al momento de rendir declaración, de la cual existe un video documentado de las autoridades donde se muestra el horror que Kampusch vivió durante ese tiempo.

Según los datos reportados por el medio El Sol de Tampico, en el sótano de la casa de Přiklopil había un congelador pegado contra la pared que ocultaba una caja fuerte. Si se quita la caja de seguridad de la pared, se puede encontrar una puerta pequeña, con una altura no mayor a 60 centímetros; esta puerta conduce a una habitación de unos cinco metros cuadrados bajo tierra, en la cual Natascha estuvo encerrada 3096 días.

También hay recuerdos agradables con su secuestrador

La sobreviviente a esta terrible experiencia aborda en su libro el tema de la salud mental durante su encierro tras haber sufrido toda clase de torturas físicas y emocionales, incluido el abuso sexual y la privación sensorial. No tenía idea de los días ni de qué ocurría en el exterior.

Sólo eran la habitación, su secuestrador y ella.

Kampusch cuenta que el secuestrador no sólo le daba abusos, sino que en ciertas ocasiones le daba libros, cuadernos, material de papelería, ropa y maquillaje, asegurando que de no ser así habría "perdido la cabeza".

Asimismo, durante esos años su raptor fue la única compañía con la que contaba en fechas "especiales", como cumpleaños, navidad, etc., convirtiéndose él en su único contacto con la realidad.

El escape

Tras "pocos" años transcurridos desde el día de su secuestro, el hombre concedió permiso a la niña de salir de la habitación por unas cuantas horas. Inicialmente comenzó dándole acceso al sótano, y luego le dio un poco más de "libertad" permitiéndole ir a la casa y posteriormente al patio.

Una vez que pudo salir de la casa y mirar el cielo, relata, una fuerte voz en su cabeza le gritó que corriera: "Corre, corre lo más rápido que puedas, corre".

Ella corrió en busca de ayuda por las calles, hasta que por fin pudo refugiarse en el patio delantero de una casa, donde pidió ayuda para contactar a la policía, poniéndole fin a su terrible encierro.

Un caso no aislado

Lamentablemente, la historia del secuestro de Natascha Kampusch no es un caso aislado, pues ha habido otros casos, también mediáticos, de otras niñas que fueron secuestradas y cautivas durante mucho tiempo mientras eran abusadas de todas las formas posibles, como Elisabeth Fritzi, quien estuvo cautiva y era violada por su propio padre, con quien tuvo siete hijos en el encierro.

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