Felipe de Edimburgo: El detalle que echó de menos la Reina Isabel este año
La monarca celebró 95 años, pero el primero sin su compañero de vida y gran amor.

Windsor, Reino Unido.- El 21 de abril la Reina Isabel ha tenido el que sin duda ha sido su cumpleaños más difícil. Solamente cuatro días antes había dado el último adiós al que fuera el amor de su vida, su marido durante 73 años, el Duque de Edimburgo.
Se esperaba que pasara un día tranquilo, solamente rodeada con la burbuja que se creó de un puñado de colaboradores en el Castillo de Windsor, y fiel a su naturaleza sencilla, se le vio manejando en los alrededores del terreno, pues a sus 95 años, sigue siendo una diestra del volante.
Aunque parece que el temple que la caracteriza no ha faltado ante este golpe del destino, es comprensible que éste haya sido un momento complicado, tal como lo dejó ver en el mensaje con el que agradeció las muestras de cariño que ha recibido en los últimos días. Ahora, un breve artículo recuperado de 1976 ha dejado ver un significativo gesto en la mañana de este cumpleaños.
La tradición que se perdió este año
De acuerdo con un artículo que se publicaba hace más de 40 décadas en la Montreal Gazette, el Príncipe Felipe ponía en la charola de desayuno de la Reina una flor en cada uno de sus cumpleaños.
El artículo fue compartido en su cuenta de Twitter por la corresponsal de realeza Victoria Arbiter, en él se lee: “(En) la mañana de su cumpleaños, la Reina encontrará una flor en la charola de su desayuno, un detalle que su esposo nunca olvida”, se lee en el fragmento que se ha vuelto especialmente doloroso ante los sucesos recientes.
“Habrá regalos de los miembros de la familia, sus hijos el Príncipe Carlos -heredero al trono-, el Príncipe Andrés, así como Eduardo, su hija, la Princesa Anne, esposa del Capitán Mark Phillips, la Reina Madre Elizabeth y otros. Habrá un almuerzo. Entre aquellos que se esperan para el almuerzo está la Princesa Margaret, recientemente separada del Conde Snowdon”, se lee en el post.
La siguiente parte del fragmento también lleva su carga de dolor, pues la Reina Madre y la Princesa Margaret ya no están con ella desde hace casi dos décadas, la Princesa Anne no está casada con Mark Phillips desde hace aún más tiempo, mientras que por la situación actual, un almuerzo con su familia fue imposible.
La partida del Duque de Edimburgo ha acabado con una era, no solamente convirtiendo a la Reina en viuda, sino que se ha despedido también de Lilibeth, el apodo que se puso a sí misma cuando era una niña y no podía pronunciar su nombre, y como se le conoció de puertas adentro para aquellos que la conocieron antes de convertirse en reina.
La última persona que la llamaba así, era precisamente el Príncipe Felipe, quien románticamente en una carta a la Reina Madre: “Lilibeth es la única cosa en el mundo que es absolutamente real para mí y mi ambición es unirnos en una combinada existencia”. Fue también el nombre con el que se reportó, la monarca firmó el mensaje que llevaba la corona fúnebre el féretro del Duque.

El mensaje de la Reina
En medio de los momentos más duros, la monarca quiso agradecer a su pueblo: “Con ocasión de mi cumpleaños 95 hoy he recibido muchos mensajes de buenos deseos, los cuales aprecio mucho. Mientras mi familia está en un período de enorme tristeza, ha sido un consuelo para todos nosotros ver y escuchar los tributos rendidos a mi marido, de aquellos en el Reino Unido, el Commonwealth y alrededor del mundo.
A mi familia y a mí nos gustaría agradecer a todos por el apoyo y amabilidad que nos han mostrado en los días recientes. Nos ha conmovido profundamente y nos continúa recordando que Felipe tuvo un extraordinario impacto en un sinfín de personas a lo largo de su vida”.
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