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4 microhábitos sencillos para fortalecer la memoria después de los 60 años

Estos cuatro microhábitos recomendados por una especialista ayudan a fortalecer la memoria en personas mayores de 60 años con rutinas simples y fáciles de incorporar al día a día.

4 microhábitos sencillos para fortalecer la memoria después de los 60 años

Mantener la memoria activa es uno de los temas más importantes para las personas mayores de 60 años, especialmente cuando buscan estrategias accesibles que puedan incorporar sin dificultad a su rutina diaria. En los últimos meses, una doctora española ha destacado la utilidad de ciertos microhábitos, pequeñas acciones repetidas que pueden ayudar a estimular áreas del cerebro relacionadas con la atención, la regulación emocional y la agilidad mental. A diferencia de los cambios drásticos, estas prácticas breves son más fáciles de sostener y mejor aceptadas por el cerebro.

Los especialistas en salud coinciden en que introducir rutinas simples puede marcar una diferencia en la manera en la que el organismo procesa información, gestiona el estrés y consolida recuerdos. Bajo esta idea, surgen cuatro microhábitos que, según la especialista, pueden aportar beneficios al bienestar cognitivo de las personas mayores.

Microhábitos para mejorar la memoria en personas mayores de 60 años | Foto: Freepik

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¿Qué son los microhábitos y por qué ayudan a la memoria?

Los microhábitos son acciones muy pequeñas y fáciles de repetir, cuyo objetivo es generar un impacto acumulativo con el tiempo. Su eficacia radica en que no requieren grandes esfuerzos, no alteran de forma drástica la rutina y pueden realizarse en cuestión de segundos o minutos.

En adultos mayores, estos hábitos breves pueden favorecer:

  • Una mejor regulación emocional
  • Mayor concentración en tareas cotidianas
  • Sensación de calma
  • Activación de zonas cerebrales asociadas a la atención

Gracias a su simplicidad, son prácticas que pueden integrarse en pausas durante el día, acompañar actividades diarias como leer o preparar alimentos, o realizarse antes de dormir.

1. Palming: calor para relajar la mente y mejorar el enfoque

El primer microhábito recomendado es el palming, una técnica proveniente del yoga tradicional. Consiste en frotar las manos rápidamente hasta generar calor y colocarlas suavemente sobre los ojos cerrados.

Esta acción ha sido estudiada en el ámbito de la neurociencia, ya que:

  • El tacto cálido activa áreas cerebrales vinculadas al bienestar.
  • Contribuye a reducir la tensión interna.
  • Puede mejorar la concentración en pocos segundos.

Con solo 30 segundos de práctica, muchas personas experimentan una sensación inmediata de alivio visual y mental. Es útil antes de actividades que requieren atención, como leer, conversar o realizar ejercicios mentales.

2. Masaje del lóbulo de la oreja: estímulo del nervio vago para reducir la ansiedad

El segundo microhábito consiste en presionar suavemente los lóbulos de las orejas con movimientos circulares. Esta zona está conectada con una rama del nervio vago, uno de los principales reguladores del sistema parasimpático.

Su estimulación puede ayudar a:

  • Disminuir la ansiedad
  • Estabilizar el estado emocional
  • Favorecer una sensación de calma general

En apenas un minuto, este masaje puede facilitar una transición del cuerpo hacia un estado más relajado. Es una práctica especialmente útil en momentos de inquietud o después de enfrentar una situación estresante.

Masaje del lóbulo de la oreja | Foto: Freepik

3. Golpecitos con los nudillos en la planta de los pies: activación física y mental

El tercer hábito proviene de la reflexología podal y consiste en dar pequeños golpecitos con los nudillos en la planta de los pies. Esta técnica estimula terminaciones nerviosas relacionadas con múltiples funciones corporales.

Sus beneficios incluyen:

  • Mejora de la circulación
  • Disminución del estrés
  • Sensación de “reset” físico y mental

Es ideal para personas que pasan varias horas sentadas, sienten pesadez en las piernas o experimentan fatiga mental. Al activar los pies, también se favorece el flujo sanguíneo, lo que puede tener un efecto positivo en la claridad mental.

4. Estimulación facial con agua fría: transición rápida hacia la calma

El último microhábito consiste en aplicar agua fresca (no helada) en las mejillas y la frente mientras se respira profundamente por la nariz. Este gesto ayuda al organismo a pasar de un estado de activación a uno de calma.

Sus efectos más destacados son:

  • Reducción del ritmo cardiaco
  • Sensación de alivio en segundos
  • Mayor estabilidad emocional después de momentos tensos

Este hábito puede utilizarse después de discusiones, situaciones de preocupación o periodos de sobrecarga emocional. La combinación de agua fresca y respiración profunda contribuye a “apagar” la respuesta de estrés del organismo.

El último microhábito consiste en aplicar agua fresca (no helada) en las mejillas y la frente mientras se respira profundamente por la nariz | Foto: Freepik

Estos cuatro microhábitos, por simples que parezcan, pueden convertirse en aliados cotidianos para las personas mayores de 60 años que buscan mantener su memoria activa y su mente en equilibrio. La clave es realizarlos con constancia: unos segundos al día pueden ser suficientes para notar cambios progresivos en la atención, el enfoque y la sensación de bienestar general.

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