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6 hábitos simples avalados por Harvard para disminuir el estrés

Especialistas en salud mental comparten métodos prácticos y científicos para gestionar el estrés cotidiano, recuperar la calma y renovar la energía de manera accesible.

6 hábitos simples avalados por Harvard para disminuir el estrés

En el ajetreo de la vida contemporánea, el estrés se ha instalado como una presencia constante, transformando los desafíos diarios en una carga significativa para el equilibrio mental y físico de las personas, señala un reporte de Infobae. Ante este panorama, la ciencia ofrece herramientas valiosas. Un compendio de técnicas avaladas por profesionales de la salud, citado recientemente por medios internacionales, destaca seis métodos simples y efectivos, recopilados por expertos de Harvard Health Publishing, para hacer frente a esta condición.

Estas estrategias, adaptables a cualquier rutina y espacio, representan una invitación a recuperar la serenidad y potenciar el bienestar, incluso en medio de la vorágine de obligaciones que caracteriza a la era moderna.

El impacto pervasivo del estrés en la calidad de vida

Más allá de ser una molestia pasajera, el estrés sostenido puede tener consecuencias profundas en la salud integral. Investigaciones advierten que su influencia negativa no solo puede mermar la esperanza de vida, sino también reducir drásticamente la calidad de la misma en el presente. Entre sus manifestaciones más comunes se encuentran las dificultades para conciliar el sueño, una merma notable en la capacidad de concentración y una persistente sensación de fatiga.

Estos factores, en conjunto, crean un círculo vicioso que dificulta el desempeño laboral, entorpece las relaciones interpersonales y priva a los individuos de la posibilidad de disfrutar plenamente de sus actividades cotidianas. Reconocer estos efectos es el primer paso para buscar una gestión efectiva.

6 hábitos simples avalados por Harvard para disminuir el estrés | Foto: Especial (canva)

Seis estrategias científicas para recuperar el equilibrio

Frente a esta realidad, las propuestas de Harvard Health se presentan como un arsenal de técnicas versátiles, diseñadas para ser incorporadas de manera sencilla en el día a día. Su eficacia radica en la aplicación consistente y en la capacidad de cada persona para adaptarlas a su contexto inmediato, ya sea el hogar, la oficina o el espacio público.

  • 1. La respiración consciente como ancla inmediata

Esta técnica fundamental consiste en dirigir la atención hacia la respiración, realizando inhalaciones y exhalaciones de manera lenta, profunda y prolongada, preferentemente utilizando el diafragma (respiración abdominal). Este acto aparentemente simple ayuda a centrar la mente en las sensaciones corporales, desvinculándola suavemente del torrente de pensamientos estresantes.

Según los especialistas, esta práctica funciona como un recurso inmediato para frenar los picos de ansiedad y recuperar un estado de calma. Al oxigenar el cuerpo de manera consciente, se activa el sistema nervioso parasimpático, que induce a la relajación y contrarresta la respuesta de “lucha o huida” asociada al estrés.

  • 2. El escaneo corporal para liberar tensiones ocultas

Tras unos minutos de respiración profunda, esta práctica invita a realizar un recorrido mental por las diferentes regiones del cuerpo. El objetivo es identificar y liberar conscientemente la tensión acumulada en cada zona muscular, comenzando comúnmente por los dedos de los pies y ascendiendo gradualmente hasta el cuero cabelludo.

El escaneo corporal no solo promueve una relajación física profunda, sino que también entrena a la mente para reconocer señales de estrés que suelen pasar desapercibidas, como una mandíbula apretada u hombros encorvados. Esta conciencia corporal incrementada es clave para prevenir la acumulación crónica de tensión.

  • 3. La meditación de atención plena (Mindfulness)

Esta disciplina combina la meditación y la respiración para anclar la conciencia en el momento presente, sin juzgar los pensamientos o emociones que surjan. La práctica se realiza típicamente en un espacio tranquilo, adoptando una postura sentada y cómoda, dedicando un tiempo determinado a observar el flujo natural de la respiración y el contenido de la mente.

La meditación de mindfulness no busca “vaciar la mente”, sino cultivar una actitud de observador ante los propios procesos internos. Esta perspectiva ayuda a desidentificarse de las emociones negativas y a apaciguar la reactividad, fomentando una mayor claridad y ecuanimidad frente a las presiones externas.

  • 4. La evocación de imágenes guiadas

Esta técnica aprovecha el poder de la imaginación para inducir un estado de relajación. Consiste en evocar mentalmente escenas, lugares o experiencias que generen una sensación intrínseca de calma, seguridad y bienestar. Estas visualizaciones pueden abarcar desde un paisaje natural sereno hasta un recuerdo personal especialmente feliz o peaceful.

Al concentrarse en estos escenarios mentales detallados, incluyendo sus sonidos, olores y sensaciones táctiles, el cerebro puede generar una respuesta de relajación similar a la que se experimentaría en la situación real. La evocación de imágenes positivas actúa así como un interruptor que modula la respuesta fisiológica al estrés.

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  • 5. La práctica integradora del yoga y el tai chi

Ambas disciplinas, con raíces en tradiciones milenarias, ofrecen un enfoque holístico al integrar la respiración rítmica con movimientos suaves y posturas cuidadosas. Los aspectos físicos de estas prácticas demandan una concentración mental que ayuda a distraer la mente de los patrones de pensamiento acelerados y recurrentes.

El componente físico del yoga y el tai chi no solo mejora la flexibilidad y la fuerza, sino que su énfasis en la sincronización entre movimiento y respiración promueve un estado de meditación en acción. Este binomio favorece un profundo sentido de calma, equilibrio y conexión entre el cuerpo y la mente.

  • 6. La repetición de mantras o frases centradoras

Lejos de estar restringida a un contexto religioso, esta técnica utiliza la repetición silenciosa o en voz baja de cualquier palabra, sonido o frase breve que resulte personalmente tranquilizadora y significativa. Al entonar este mantra de manera rítmica, preferentemente en coordinación con la respiración, se establece un punto de enfoque que sirve como ancla mental.

La repetición constante ayuda a interrumpir la cadena de pensamientos negativos o estresantes, reemplazándolos por una afirmación de bienestar. Funciona como un instrumento sencillo pero poderoso para reafirmar la calma interna y redirigir el foco atención en momentos de alta presión.

La clave: La personalización y la constancia

Si bien estas seis técnicas representan un abanico de opciones respaldadas por la ciencia, la elección final es profundamente individual. La recomendación subyacente es que cada persona experimente con diferentes métodos hasta descubrir aquellos que mejor se adapten a su personalidad, necesidades y circunstancias de vida.

El éxito en la gestión del estrés no reside en la complejidad de la técnica, sino en la elección de prácticas que resulten agradables y efectivas, y que sean lo suficientemente simples para integrarse en la rutina diaria sin representar una carga adicional. La flexibilidad y sencillez de estas recomendaciones democratizan el acceso al bienestar, demostrando que dedicar unos minutos al día al autocuidado puede traducirse en una mejora sustancial de la calidad de vida y en una mayor capacidad para mantener el equilibrio en cualquier circunstancia.

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