Esto le pasa a tu cuerpo cuando te desvelas varios días seguidos

Desvelarte una noche de vez en cuando puede parecer inofensivo, pero si lo haces varios días seguidos, tu cuerpo y tu mente pagan las consecuencias. Dormir mal no solo te hace sentir agotada al día siguiente, también puede alterar tu estado de ánimo, tu sistema inmune e incluso tu apetito.

De acuerdo con expertos en sueño y salud del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares (NINDS, por sus siglas en inglés), el sueño no es un lujo, sino una necesidad biológica, al mismo nivel que alimentarte o respirar. Cuando lo interrumpes varias noches seguidas, estos son algunos de los efectos más comunes:

¿Qué efectos tiene desvelarte por varios días?

1. Tu concentración y memoria se vuelven más lentas

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Dormir poco afecta directamente el funcionamiento de tu cerebro. Se vuelve más difícil enfocarte, retener información y tomar decisiones. Incluso puedes tener lapsos de olvido o sentir que “andas en las nubes”.

2. Comienzas a comer más (y peor)

Las desveladas alteran las hormonas que regulan el hambre, como la grelina y la leptina. Por eso, es común que después de varias noches sin dormir bien tengas más antojo de carbohidratos, azúcar y comida rápida, lo que puede derivar en aumento de peso.

3. Tu estado de ánimo cambia (y no es solo mal humor)

Cuando no descansas lo suficiente, tu tolerancia al estrés baja. Puedes sentirte más irritable, ansiosa, triste o incluso tener pensamientos negativos que normalmente no tendrías. En personas vulnerables, esto puede detonar episodios depresivos.

4. Tus defensas bajan

El cuerpo necesita dormir para producir citoquinas, unas proteínas que ayudan a combatir infecciones. Si te enfermas seguido, puede ser una señal de que no estás durmiendo lo suficiente.

5. Aumenta el riesgo de enfermedades crónicas

Si las desveladas se convierten en una constante, pueden aumentar el riesgo de problemas más serios como hipertensión, diabetes tipo 2, obesidad y enfermedades cardíacas, según la Organización Mundial de la Salud.

Dormir mal no solo es una molestia: puede convertirse en un problema serio si se vuelve hábito. Si estás en una etapa donde dormir bien se ha vuelto difícil (por trabajo, crianza o ansiedad), intenta hacer pequeños ajustes a tu rutina que te ayuden a recuperar el descanso poco a poco.