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La milanesa napolitana y el error que la convirtió en ícono de la cocina argentina

Aunque el nombre sugiere una conexión directa con Italia, la milanesa napolitana es, en realidad, una creación 100 % argentina.

La milanesa napolitana y el error que la convirtió en ícono de la cocina argentina

Un accidente culinario puede parecer un desastre en el momento, pero en algunos casos, es la puerta de entrada a una receta inolvidable. Tal es el caso de la milanesa napolitana, un platillo que nació por error en una cocina argentina y que hoy se ha ganado un lugar privilegiado en la gastronomía del Río de la Plata.

Un legado de inmigrantes con un toque de improvisación

Aunque el nombre sugiere una conexión directa con Italia, la milanesa napolitana es, en realidad, una creación 100 % argentina. Su historia se remonta a Buenos Aires, donde la llegada de inmigrantes italianos dejó una profunda huella en la cultura culinaria local. En ese contexto, surge el restaurante Napoll, protagonista de esta anécdota gastronómica.

Según la versión más popular, todo comenzó cuando un cocinero del restaurante dejó freír de más una milanesa. Para no desperdiciarla, decidió cubrir los bordes chamuscados con una capa de jamón cocido, queso y unas rodajas de jitomate. El resultado fue tan sabroso que pronto se convirtió en el platillo estrella del lugar. Desde entonces, esta combinación simple pero efectiva no ha dejado de conquistar paladares.

Ingredientes sencillos, sabor inconfundible

La preparación de una milanesa napolitana comienza con la base clásica: una milanesa empanizada y frita, que luego se pasa al horno. Encima se coloca una capa generosa de queso mozzarella, seguida de jamón cocido y jitomate en rodajas. Se hornea hasta que el queso se derrite y se integran los sabores. El resultado es una mezcla de texturas crujientes, cremosas y frescas que hacen que cada bocado sea memorable.

A lo largo del tiempo, la receta ha experimentado algunas variaciones. En muchos restaurantes, el jitomate fresco ha sido reemplazado por salsa de tomate, y algunos chefs optan por añadir queso parmesano, albahaca o una pizca de orégano para realzar el sabor.

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Una bomba deliciosa que divide opiniones

Para muchos, la milanesa napolitana representa la porción perfecta: contundente, sabrosa y reconfortante. Otros, en cambio, la consideran una bomba calórica difícil de digerir. Sin embargo, lo cierto es que su popularidad no se discute. En Buenos Aires, es casi una obligación probarla al menos una vez, ya sea en un restaurante tradicional o como parte de un menú casero.

Con información de Gourmet de México.

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