Investigación revela que las vacas también tienen mejores amigos
El estudio destaca la importancia de las relaciones sociales entre el ganado.

Un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Northampton ha arrojado luz sobre las sorprendentes relaciones similares a las humanas entre el ganado. La investigación, liderada por la científica Krista Marie McLennan, destaca que el ganado no solo forma amistades selectivas, sino que también experimenta significativamente menos estrés cuando se encuentra en compañía de sus compañeros más cercanos.
La investigación fue motivada, en parte, por el debate en el Reino Unido sobre las denominadas mega lecherías, instalaciones que albergan entre 3000 y 8000 cabezas de ganado. Mientras algunos dentro de la industria lechera respaldan estas mega lecherías en busca de mejorar la competitividad, McLennan se propuso explorar cómo la compañía afecta el bienestar del ganado en entornos comerciales más amplios.
En un esfuerzo por comprender mejor estas relaciones, McLennan realizó observaciones detalladas en una granja lechera específica. Los resultados revelaron un patrón claro de preferencias entre el ganado, con más del 50% de los animales pasando la mayor parte del tiempo y compartiendo espacio con un compañero específico, independientemente de la relación biológica.
La investigadora también exploró los efectos fisiológicos y comportamentales de la separación del rebaño. A través de la separación de once vacas en seis parejas preferidas, el estudio demostró que las vacas separadas de sus compañeros preferidos exhibían frecuencias cardíacas más calmadas y niveles más bajos de agitación en comparación con aquellas que eran emparejadas al azar.
En el contexto de las prácticas modernas de la ganadería lechera, donde la separación del rebaño es común, la investigación subraya que tanto las separaciones a corto como a largo plazo pueden generar estrés en el ganado, manifestado a través de vocalización aumentada, lucha física y frecuencias cardíacas elevadas.
El estudio también examinó la práctica de regrouping, que implica la reorganización frecuente del ganado en función de la etapa de producción. McLennan advierte que esta práctica, común en lecherías comerciales con cambios de grupo entre 4 y 12 veces al año, representa una fuente significativa de estrés. La competencia por recursos vitales, como alimento y espacio, en nuevos grupos afecta negativamente la salud y el bienestar del ganado.
De manera sorprendente, la investigación simuló la situación en la que el ganado es separado de sus compañeros y luego reunido después de un período prolongado. Los resultados indicaron que, al contrario de las expectativas, la reunión no restauró completamente las relaciones sociales previas, evidenciando la duradera afectación causada por la separación.
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Este estudio pionero de la Universidad de Northampton destaca la importancia de reconocer la gama social y emocional del ganado. Más allá de su papel como productores de alimentos, estas criaturas muestran una capacidad para formar lazos afectivos, destacando la necesidad de abordar las prácticas agrícolas que pueden comprometer su bienestar emocional.
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