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El Imparcial / Estilos / Matrimonio

¿Por qué la gente ya no se está casando en el mundo?

Este fenómeno ha suscitado interrogantes sobre las razones detrás de esta disminución y si ello augura el fin del matrimonio tal como lo conocemos. 

En un mundo en constante evolución, las tradiciones ancestrales también se ven afectadas por los cambios sociales y económicos.

Uno de los pilares fundamentales de la sociedad, el matrimonio, parece estar atravesando un periodo de declive en todo el mundo, según revela un reciente análisis de tendencias, detalla una investigación del canal CNBC.

Datos recientes muestran que aproximadamente el 89% de la población mundial vive en países donde las tasas de matrimonio están en declive, siendo especialmente pronunciado en las naciones más prósperas.

La caída del matrimonio

En los últimos años, las cifras de matrimonios por cada 1,000 personas han disminuido drásticamente en la mayoría de los países miembros de la OCDE, pasando de entre 7 y 10 matrimonios en 1970 a alrededor de 5 a 7 matrimonios en 1995.

Este fenómeno ha suscitado interrogantes sobre las razones detrás de esta disminución y si ello augura el fin del matrimonio tal como lo conocemos.

Históricamente, el matrimonio se asociaba con la estabilidad financiera, sin embargo, en la actualidad esta correlación parece estar desvaneciéndose.

A pesar de que los hogares casados en Estados Unidos muestran una mayor riqueza en comparación con parejas de hecho o personas solteras, la tasa de matrimonio en dicho país ha caído casi un 60% desde la década de 1970.

¿Por qué la gente no se está casando?

Expertos argumentan que diversas circunstancias están influyendo en esta tendencia.

Entre ellas, el cambio en las prioridades de la clase media alta en los países desarrollados, quienes ahora se enfocan en la educación y la estabilidad laboral antes que en formar una familia.

De igual manera, los elevados costos asociados con las ceremonias de matrimonio y la crianza de hijos están haciendo que muchas personas opten por no casarse o retrasar ese paso en sus vidas.

La secularización de la sociedad también juega un papel importante en este cambio de mentalidad. La creciente cantidad de personas que se identifican como no religiosas ha llevado a que el matrimonio ya no sea visto como la única base para formar una familia.

Esto ha llevado a un aumento significativo de nacimientos fuera del matrimonio en muchos países occidentales.

En naciones como Japón y China, el declive del matrimonio va de la mano con una disminución en las tasas de natalidad, lo que conlleva preocupaciones económicas y demográficas para sus gobiernos.

A pesar de los esfuerzos por parte de estas naciones para fomentar el matrimonio y la maternidad, las cifras muestran que aún enfrentan dificultades para revertir esta tendencia.

El mundo occidental parece estar experimentando un cambio en la perspectiva sobre el matrimonio y la vida familiar, lo que plantea desafíos económicos, sociales y emocionales para las generaciones más jóvenes.

Aunque es difícil predecir cómo evolucionarán estas tendencias en el futuro, queda claro que la cuestión del matrimonio seguirá siendo objeto de debate en la sociedad global actual.

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