‘Who Killed Rover?’: un misterio policiaco protagonizado por perros

El cortometraje ‘Who Killed Rover?’, producido entre 1929 y 1931, forma parte de una peculiar serie conocida como las ‘Dogville Comedies’, o ‘Barkies’. Estos cortos, que duran aproximadamente 15 minutos, son una rareza cinematográfica: los protagonistas no son actores humanos, sino perros entrenados, vestidos con ropa humana y caminando sobre sus patas traseras, mientras un doblaje sincronizado les da voz. Este particular cortometraje lleva como subtítulo ‘An all barkie murder mystery’, que se traduciría como “Un misterio de asesinato completamente perruno”, destacando su tono de misterio y comedia.

Durante la época en que se realizaron, los cortos como este tenían la función de complementar la programación en los cines. Antes de que el formato cambiara al modelo de “doble función”, los programas incluían actos en vivo, dibujos animados, cortos de comedia en acción real, cortos de novedad, noticieros y la película principal. ‘Who Killed Rover?’ encajaría tanto como un corto de comedia en acción real como un corto de novedad, dada su naturaleza única y experimental.

¿De qué trata?

La trama de este cortometraje gira en torno a Phido Vance, un detective aficionado que es llamado por Zelda Rover, una joven novia que solicita su ayuda tras la misteriosa desaparición de su esposo, John Rover. Este último había heredado una gran fortuna y, durante su boda, alguien realizó un disparo que falló. Phido se une a la policía y logra frustrar el plan del villano, quien había atado a Rover a una silla y lo había colocado en una trampa mortal que involucraba un reloj cucú programado para activarse a medianoche. El final, como es de esperar, muestra a todos los personajes “meneando la cola” en señal de alegría.

A pesar de su corta duración, quince minutos son más que suficientes para comprender la totalidad de la historia. El guion, si es que puede llamarse así, consiste en una serie de escenas diseñadas para desarrollar la trama de manera básica. Lo más destacado del cortometraje es el esfuerzo invertido en la creación de decorados y accesorios a escala de los perros, la confección de disfraces para los animales y el uso de mantequilla de maní para simular que los perros hablan. La sincronización del doblaje con los movimientos de los perros es notable, aunque la novedad pierde su encanto rápidamente, especialmente para los amantes de los perros que podrían cuestionar el bienestar de los animales durante la filmación.