El sorteo del Mundial en el que se le atoraron las bolas a Joseph Blatter, expresidente de la FIFA, muchos lo recuerdan como el peor de todas las Copas del Mundo

MADRID, España.- — Se acerca el sorteo del Mundial de 2026, programado para el 5 de diciembre un evento que definirá los grupos para la Copa del Mundo más grande de la historia, con 48 equipos participantes.

Mientras el mundo del fútbol anticipa este momento en Washington D.C., es inevitable rememorar los sorteos pasados, especialmente el más bizarro y peor transmitido en la historia de la FIFA: el de la Copa del Mundo de España 1982.

Aquel 16 de enero de 1982, en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid, lo que debería haber sido una ceremonia solemne se convirtió en un espectáculo caótico, lleno de errores técnicos, risas involuntarias y sospechas de manipulación, con Joseph Blatter, entonces secretario general de la FIFA, en el centro de la tormenta.

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¿Por qué usar niños en los sorteos?

Una tradición en los sorteos de la FIFA había sido involucrar a niños, como una forma de simbolizar pureza e inocencia. La idea es que sus manos “inocentes” garanticen transparencia y eviten cualquier percepción de amaños o corrupción.

En 1982, se recurrió a niños del Colegio de San Ildefonso, famosos por el sorteo de la Lotería de Navidad en España, para que extrajeran las bolas de las urnas.

Se pensaba que esto disiparía dudas sobre irregularidades, pero el evento demostró lo contrario: el caos técnico y las sospechas de rigged draws solo alimentaron las teorías conspirativas.

El sorteo de 1982 fue el primero con 24 equipos, un aumento significativo que complicó la logística. Bajo la presidencia de João Havelange, Blatter supervisaba el proceso. Se utilizaron urnas giratorias –similares a jaulas o tombolas– que contenían mini balones de fútbol con los nombres de los países.

Los niños, vestidos de uniforme, giraban las manivelas y extraían las bolas, que luego eran abiertas por funcionarios como Blatter o Hermann Neuberger, presidente del comité organizador.

Se le atascaron las pelotas a la FIFA

Desde el inicio, todo salió mal. Una de las urnas se atascó repetidamente, impidiendo que las bolas salieran con fluidez.

En un momento, al intentar sacar el balón de Bélgica, el niño lo colocó erróneamente en el Grupo 1 en lugar del 6, como correspondía para evitar enfrentamientos tempranos entre cabezas de serie.

Nadie notó el error de inmediato, y cuando Escocia fue sorteada a continuación, Blatter intervino: ordenó devolver la bola y redibujar, generando confusión y risas en la audiencia.

Los niños, testigos directos del desorden, no pudieron contener la risa; en una ocasión, mientras un oficial luchaba por desatascar un fragmento de bola rota que reveló prematuramente el nombre de un equipo (Austria), varios de los jóvenes se rieron a carcajadas, capturadas por las cámaras de televisión mundial.

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Se rompen las bolas en el sorteo mundialista de España 82

Este incidente no fue aislado. Otra bola se rompió dentro de la urna, exponiendo el contenido antes de tiempo, y los comentaristas, como el escocés Archie Macpherson, criticaron en vivo la incompetencia.

La transmisión se convirtió en un “car crash television”, con millones de espectadores presenciando cómo Blatter y su equipo improvisaban sobre la marcha. A pesar de los ensayos previos, el mecanismo falló estrepitosamente, dejando bolas de Perú y Chile atrapadas accidentalmente, lo que obligó a correcciones manuales.

La conspiración de las pelotitas calientes en el sorteo

Pero el caos técnico palidece ante las alegaciones de manipulación. Años después, en 2016, Blatter admitió haber presenciado sorteos europeos rigged mediante la técnica de “bolas calientes y frías”: algunas bolas se enfriaban en congeladores o se calentaban, permitiendo que el sorteador eligiera por tacto las deseadas.

Aunque Blatter negó usarlo en FIFA, las sospechas persisten sobre el sorteo de 1982. Teorías conspirativas sugieren que Blatter “cambió las urnas” o manipuló las bolas para favorecer ciertos grupos, evitando enfrentamientos duros tempranos para potencias como Brasil o Alemania.

Por ejemplo, se alega que las bolas se preparaban para que los niños, sin saberlo, sacaran secuencias planeadas, alineadas con intereses políticos y comerciales de la FIFA bajo Havelange.

El resultado fue un sorteo que duró más de lo esperado, con grupos como el de Italia (con Polonia, Perú y Camerún) o el de Alemania (con Argelia, Chile y Austria) definidos entre tropiezos.

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La prensa lo tildó de “embarazoso” y “farsa”, y aunque FIFA lo minimizó como “uno de esos incidentes”, marcó un antes y después.

El cambio en los sorteos de la FIFA

Tras esto, se abandonaron las urnas mecánicas por métodos más simples con celebridades y manos adultas, como en 1990 con Sophia Loren.Hoy, con el sorteo de 2026 a la vista, el legado de 1982 sirve de advertencia: la FIFA ha evolucionado, pero las sombras de corrupción –evidenciadas en escándalos posteriores de Blatter, quien fue presidente de 1998 a 2015 y cayó en desgracia por sobornos– persisten.

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Aquel día en Madrid, las bolas atascadas no solo provocaron risas, sino que expusieron las grietas en la supuesta imparcialidad del futbol mundial. Un recordatorio de que, detrás de la inocencia de los niños, siempre hay adultos con agendas ocultas.