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Mundial de Clubes: Estos son los trabajos reales de los jugadores del Auckland City

Aunque se acercaron a un escenario sumamente disparejo en nivel económico y deportivo, para varios futbolistas del conjunto, el disputar esta competencia se ha convertido en la realización de sus más grandes sueños, más aún al ser el único equipo no profesional.

Mundial de Clubes: Estos son los trabajos reales de los jugadores del Auckland City

A pesar de haber iniciado la competición con el pie izquierdo y comiéndose una derrota histórica por 10 goles a 0, el Auckland City de Nueva Zelanda se ha convertido en una de las mejores historias que el Mundial de Clubes tiene por contar, al clasificar por ser campeón de Oceanía pero también por jugar a un nivel amateur.

Los futbolistas del conjunto neozelandés no son considerados como profesionales y llegaron al Mundial de Clubes lejos de los lujos pero cercanos a un sueño de jugar al más alto nivel, en un momento donde la mayoría juegan futbol solo por amor al deporte y se ganan la vida de diversas formas.

El único equipo no profesional del torneo

Aunque se acercaron a un escenario sumamente disparejo en nivel económico y deportivo, para varios futbolistas del conjunto, el disputar esta competencia se ha convertido en la realización de sus más grandes sueños, más aún al ser el único equipo no profesional.

Mientras otros clubes cuentan con centros de alto rendimiento, dietas estrictas y plantillas con salarios millonarios, los jugadores del Auckland entrenan en los ratos libres que les deja su trabajo diario. Aun así, se presentan con la frente en alto para competir en una vitrina global.

Entrenadores, peluqueros, estudiantes y empleados: así se ganan la vida los jugadores

Muchos de sus integrantes son formadores en academias deportivas, donde comparten su experiencia con niños y jóvenes:

  • Gerard Garrica, Alfie Rogers, Jackson Manuel, Michael Den Heijer, Haris Zeb y David Yoo son entrenadores en escuelas vinculadas al club y en su propia academia formativa.

Otros tienen ocupaciones ajenas al deporte:

  • Conor Tracey, arquero titular, trabaja en el almacén de una empresa farmacéutica para veterinarias.
  • Jerson Lagos, delantero, corta el cabello como peluquero.
  • Nathan Lobo, joven mediocampista, aún se encuentra estudiando y no ejerce una profesión laboral remunerada.

Tracey declaró que incluso tuvo que pedir vacaciones en su trabajo para poder participar en el Mundial de Clubes.

Oficios que van del aula al taller

Aquí un repaso de los empleos de los jugadores que compiten representando con humildad a su país:

  • Jordan Vale (defensor): maestro de primaria.
  • Christian Gray (defensor): también maestro escolar.
  • Regont Murati (defensor): encargado logístico.
  • Adam Mitchell (defensor): agente inmobiliario.
  • Alfie Rogers (defensor): vendedor en Coca-Cola.
  • Joe Lee (mediocampista): atención al cliente en Samsung.
  • Dylan Manickum (mediocampista): ayudante de ingeniería en obras civiles.
  • Mario Ilich (mediocampista): jefe de ventas en Coca-Cola.
  • Ryan De Vries (delantero): chapista.
  • Angus Kilkolly (delantero): operario en una fábrica de herramientas.
  • Myer Bevan (delantero): entrenador comunitario.

Un premio para llevarse a casa

Aún marchando como los menos favoritos de todos los 32 conjuntos participantes y habiendo recibido la más grande goleada en la historia de la competición, los de Oceanía regresarán a Nueva Zelanda con un gran premio en la bolsa solamente por participar, correspondiente a 3.58 millones de dólares.

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