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Las diferencias entre Chile y México

El chileno habla de humildad frente a la arrogancia y soberbia del mexicano

El día de la victoria del nuevo presidente de Chile, Gabriel Boric Font (35), ya por la noche, me comuniqué con un consultor mexicano, al que quiero mucho, que participó en la campaña del chileno, para felicitarlo.

Esto fue lo que me contestó: “Tristeza y envidia, ver esta democracia, ver una izquierda real, un país participativo. Mientras tanto ver a mi país ir absolutamente hacia atrás de las libertades y la participación”.

En el discurso de Boric Font, al reconocer su triunfo, están algunos de los elementos centrales, entre otros muchos, que señala las diferencias entre el México y el Chile de hoy.

Retomo ocho párrafos de esa intervención que contrastan, son diametralmente opuestos, con lo que cada día, en sus comparecencias mañaneras, dice el populista conservador que es el presidente López Obrador. Lo que afirma chileno dicen lo que es su país y en comparación, lo que no es el México del actual Presidente:

- “Recibo este mandato con humildad. Sé que en los años que vienen se juega el futuro de nuestro país. Por eso les garantizo desde ya que seré un Presidente que cuide la democracia y no la exponga, que escuche más de lo que habla; que busque la unidad de los acuerdos y que atienda, día a día, a las necesidades de las personas; que combata los privilegios y trabaje cada día por la calidad de vida de tu familia”.

- “Hemos llegado hasta acá con un proyecto de Gobierno que puede sintetizarse en pocas y simples palabras: Avanzar con responsabilidad en los cambios que Chile viene demandando, sin dejar a nadie atrás. Esto significa crecer económicamente; convertir lo que algunos entienden como bienes de consumo en derechos sociales, garantizar una vida más tranquila y segura, profundizar las libertades de todos, y especialmente de todas: En nuestro Gobierno las mujeres no retrocederán en los derechos y libertades que han logrado a la largo de la historia”.

- “Nuestro proyecto también significa avanzar en más democracia y, por supuesto y como ya lo hemos dicho acá, cuidar el proceso constituyente, motivo de orgullo mundial y único camino para construir, en democracia y con todos, un país mejor. Por primera vez en nuestra historia estamos escribiendo una Constitución de forma democrática, paritaria, con participación de los pueblos originarios. Cuidemos entre todos este proceso para tener una Carta Magna que sea de encuentro y no de división”.

- “Vamos a trabajar en equipo con todos los sectores. Los desafíos son demasiado relevantes para quedarnos atados a las trincheras. Aquí todas y todos somos necesarios. Las y los trabajadores que forjan día a día la riqueza de nuestra Patria. La cooperación del mundo empresarial, construir alianzas, acercar miradas. Si estamos aquí es para asegurar que la prosperidad alcance a cada rincón de nuestra tierra, y para eso nadie sobra”.

- “En esta noche de triunfo repito el compromiso que hiciéramos durante toda la campaña: Expandiremos los derechos sociales y lo haremos con responsabilidad fiscal, lo haremos cuidando nuestra macroeconomía. Lo haremos bien y aquello permitirá mejorar las pensiones y la salud sin que haya que retroceder en el futuro”.

- “Tendremos un Congreso equilibrado, lo que significa a su vez una invitación y una obligación de dialogar. Yo honestamente lo veo como una oportunidad para volver a encontrarnos, para unirnos en grandes gestas por el bienestar de nuestra Patria, para lograr amplios y duraderos acuerdos que mejoren la calidad de vida de nuestros compatriotas”.

- “Confío en la responsabilidad de todas las fuerzas políticas de mantener las diferencias en el marco de las ideas, poner siempre por delante el bien común y rechazar de manera clara y sin ambigüedades la violencia en política y en nuestra vida en sociedad. Sepan que en mí, encontrarán un Presidente abierto a escuchar y a incorporar distintas visiones, siendo también receptivo a las críticas constructivas que nos ayuden a mejorar”.

- “Hoy es un día de mucha felicidad, pero sobre todo de mucha responsabilidad, el trabajo que tenemos por delante es enorme, y nos necesitamos a todos y a todas. Tenemos que seguir siendo uno, tenemos que seguir encontrándonos para llevar adelante los cambios que el país tanto necesita. Así lo haremos, gobernando con todas las personas. Sumando ideas, abriendo puertas, tendiendo puentes. Así iremos, paso a paso, construyendo la patria justa poco a poco, día a día”.

El chileno habla de humildad frente a la arrogancia y soberbia del mexicano. Habla de cuidar y hacer avanzar a la democracia frente al mexicano que todos los días la ataca. Habla de escuchar ante un Presidente que se niega oír a los otros. Defiende la unidad y los acuerdos frente a uno que sólo vale lo que él dice y descalifica a los que no piensan como él.

Para el chileno nadie se puede quedar atrás mientras el mexicano excluye a los que no piensan como él y polariza a la sociedad. Habla de profundizar en las libertades frente al mexicano que todos los días las violenta y restringe. Habla de trabajar en equipo con todos los sectores sociales y no encerrase en su trinchera partidaria, para el mexicano todo es exactamente lo contrario.

Boric Font sostiene la necesidad de las alianzas, de acercar la mirada y de colaborar con todos los actores sociales incluidos los empresarios. Para el mexicano sólo existen sus ideas y los suyos. Los demás son enemigos. El chileno celebra la existencia de un Congreso equilibrado, que obliga al diálogo. El mexicano, que tiene la mayoría en el Congreso lo maneja como quiere.

En la pluralidad política el chileno ve una gran oportunidad, para el mexicano, de mentalidad totalitaria, eso es defecto. El primero reconoce el valor de diferir en las ideas y rechaza la violencia política. El segundo aplaude el pensamiento único y todas las mañanas agrede a la oposición, a los que no piensan como él que considera como sus enemigos.

El chileno se dice abierto a escuchar e incorporar las distintas visiones frente al mexicano que descalifica todo lo que él no piensa y dice. Manifiesta estar abierto a la crítica frente al rechazo visceral del mexicano a cualquier señalamiento crítico. El chileno señala la necesidad del encuentro entre todas y todos. El mexicano sólo reconoce a quien se le somete. El chileno habla de ir paso a paso, de gradualidad, respetando las conquistas del pasado, el mexicano todo lo quiere hacer de un día para otro y destruye lo que ya se había alcanzado.

Twitter: @RubenAguilar

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