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Innovación y emprendimiento en la empresa familiar

Las organizaciones familiares pueden ser más innovadoras y emprendedoras que las corporacionhes institucionales

La crisis actual puede convertirse en invaluable oportunidad de transmitir el espíritu de la Dueñez responsable a nuestros sucesores.

Si algún ambiente parece ser propicio para formar empresarios es justamete dentro de la empresa familiar. En ella se pueden dar condiciones idoneas para forjar el carácter, aprender habilidades, adquirir conocimientos, cultivar relaciones para los miembros de la siguiente generación.

Pero también la empresa familiar, sobre todo cuando la riqueza lograda es abundante, puede crear generaciones enteras de inversionistas aburguesados con limitada capacidad empresaria.

¿De qué depende que los herederos sostengan las facultades de crear riqueza o solo mantengan, si acaso, la posibilidad de conservarla? Multiplicar el valor de una compañía en estos tiempos parece retador. Una actitud proactiva al respecto puede ser gran ejemplo. La pandemia que hoy enfrentamos podría ser un parteaguas en la evolución de nuestros procesos sucesorios.

El tema es mucho más que un asunto de políticas, estructuras y mecanismos organizacionales. Es, ante todo, un trasfondo de cultura y de liderazgo. Nuestra colega, la Dra Cristina Cruz, del IE Business School, ha escrito recientemente sobre este tema y nos ha inspirado.

Mientras más concentra la familia su patrimonio en un mismo negocio, su disposición innovadora disminuye. Esto es obvio, la alta concentración de la riqueza en una sola empresa provoca mayor sensibilidad al riesgo.

En estos casos es evidente que el rendimiento a la inversión de proyectos innovadores se muestra más incierto. Si la mayor parte de lo que tenemos está centrado en una sola fórmula de negocio, nos volvemos más cautelosos al invertir.

La esencia de las familias empresarias no solo se define por su patrimonio financiero. Lo que las hace únicas es la existencia de dueños que se comprometan con propósitos más trascendentes que preservar la riqueza. La familias emprendedoras son lideradas por dueños con un verdadero sentido de largo plazo.

Estos propósitos incluyen otras intenciones que van más allá de la riqueza financiera, como la cohesión familiar, la reputación de la familia y la permanencia del legado. Estos propósitos tienden a enfatizar una Dueñez más responsable, que claramente induce a la innovación y emprendimiento de nuevos proyectos de negocio.

Las organizaciones familiares pueden ser más innovadoras y emprendedoras que las corporacionhes institucionales, siempre y cuando no se llenen de complejidades, no se saturen de burocracia y sepan impulsar el liderazgo de quiénes sean más capaces de generar nuevas avenidas de creación de valor.

Si de verdad queremos proyectar nuestra empresa familiar hacia el largo plazo, el camino evidente es el de fomentar la capacidad de emprendimiento e innovación. Esta es la verdadera transformación de una empresa familiar en una familia empresaria.

Formar a las siguientes generaciones en un espíritu de Dueñez responsable es una exigencia prioritaria de los líderes de empresas familiares. Claro que necesitamos cultivar una querencia poderosa, fortalecer nuestros sistemas de gobierno, transmitir los valores que nos distinguen. Pero sobre todo tenemos que asegurarnos que cada miembro de la familia comprende que la propiedad trae consigo unas responsabilidades superiores.

Esta es la cultura que nos toca construir y compartir. Tenemos que estar convencidos que nuestros descendientes serán más capaces que nosotros. Nuestras creencias y principios medulares, nuestra forma de desarrollar a nuestros sucesores, nuestro lenguaje cuando hablemos del futuro, solo podemos centrarlo en la gestación de líderes innovadores y emprendedores que llegarán más lejos que nuestros negocios actuales, por más brillantes y exitosos que estos sean.

Las siguientes generaciones han de ser formadas para que reconozcan que no son solamente accionistas, sino guardianes del legado familiar. Esta mentalidad de Dueñez implica el incansable aprendizaje de innovar y emprender nuevos proyectos, productos y fórmulas de negocio que garanticen la vigencia de la empresa, que refuercen sus posibilidades de permanencia y que actualicen su relevancia.

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