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El camino de Marcelo

Hacia el futuro, Marcelo es directo y claro: Quiere ser Presidente de México y hacer del País uno de clases medias.

Soy muy aficionado de leer las autobiografías de políticos de México y del mundo. Me parece que son lecturas obligadas para quienes escribimos y para quienes enseñamos en las aulas o estudiamos sobre la política, pero en general, creo que son lecturas indispensables especialmente en contextos electorales. Marcelo Ebrard acaba de publicar su autobiografía El camino de México y hay muchos puntos a destacar, pero quizás el primer punto que se agradece es que se nota que Ebrard sí escribió sus memorias. El de Ebrard es un libro muy personal, racional y directo, tal vez tres de los denominadores que caracterizan a su autor.

Ebrard presenta algunos detalles de su vida personal que lo humanizan. Desde el nombre de Ney, su primer perro en la infancia, el recuerdo de su abuela Mamágrande, los paseos en tranvía o la muerte de su hermano, pasando por el nacimiento de sus cinco hijos y su esposa Rosy. En ese sentido, Ebrard no esconde el privilegio en el que nació y creció. Fue a La Salle y al Colegio de México y se educó en un posgrado en Francia. No engaña diciendo que “siempre ha sido pueblo” o algo así, pero sí cuenta cómo la desigualdad entre México y EU le abrió la conciencia de clase y le dio una misión de vida: Combatir la desigualdad. El autor repasa sus 40 años en el servicio público, desde su trabajo en la reconstrucción del DF por el sismo del 85, hasta su paso por el PRI, su renuncia a ese partido, la integración al PRD y después a Morena. En esta parte Manuel Camacho Solís y Andrés Manuel López Obrador son las dos figuras que formaron a Ebrard políticamente y a las que rinde tributo.

Marcelo también reflexiona sobre algunas de las polémicas que atraviesan su labor pública: El linchamiento de unos policías en Tláhuac en 2004 que desembocó en que Vicente Fox pidiera su renuncia como secretario de Seguridad Pública del DF; pasando por el derrumbe de la Línea 12 del Metro, del que responsabiliza a Mancera y a los funcionarios de ese gobierno por falta de mantenimiento; el autoexilio en Francia por la persecución que acusa en Mancera, Osorio Chong, Videgaray y Peña Nieto y, finalmente, la relación con Trump y la política migratoria. De cada uno de estos puntos se podrían escribir cientos de cuartillas. Creo que en todos sale airoso, salvo en el de la política migratoria. Por más compleja que sea la asimetría del poder entre México y EU y por más duro que haya sido Trump, hoy la realidad es que la tragedia reciente de Juárez deja mal parada a la Cancillería.

Las autobiografías también detallan sobre los personajes indispensables para quien las escribe y en este sentido del equipo actual de Ebrard es Martha Delgado el personaje que más trascendencia parece tener. Desde la mancuerna que hizo con ella en el entonces DF hasta conseguir las vacunas de Covid que Ebrard, Martha y su grupo de “mujeres de hierro” consiguieron. Ella es clave para el futuro político de Ebrard, aunque también menciona a Roberto Velasco y a Efraín Guadarrama.

Hacia el futuro, Marcelo es directo y claro: Quiere ser Presidente de México y hacer del País uno de clases medias. En esta parte del libro, la más corta de todo, está esa declaración y el cómo piensa llegar a ello. Ebrard es optimista del futuro inmediato para México, habla sobre inversiones que llegarán por los cambios globales que le dan a México una oportunidad única. Hay también en el libro la promesa de lealtad hacia AMLO y de no rompimiento. El autor habla de la elección del candidato del 2011 y ahí manda mensajes hacia el 2024.

No hay duda de que Ebrard es un hombre de Estado, de que está listo para ser Presidente y de que haría una corrección de los errores actuales en el futuro. Tampoco hay duda de que coquetea con las clases medias. El tema es que hoy no parecen favorecerle las encuestas y que tampoco hay una autocrítica de la gestión actual. Ninguna de las corcholatas puede hacerla porque todos son demasiado cercanos al Presidente. En la falta de esa sinceridad perdemos los electores.

El autor es politólogo, conductor de un programa de televisión y profesor en el Departamento de Estudios Internacionales de la Ibero.

@genarolozano

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