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Subsidiar a Cuba

Es una pésima idea que México siga subsidiando al Gobierno cubano con buques llenos de combustibles.

Sergio Sarmiento

JAQUE MATE

Nada soportaremos que se le haga a Cuba porque sentiríamos que se nos hace a nosotros mismos”,

José López Portillo, 1980.

Es una pésima idea que México siga subsidiando al Gobierno cubano con buques llenos de combustibles. No sólo es una carga inaceptable para un Pemex quebrado, y para los mexicanos que pagamos el costo, sino que se está generando un conflicto innecesario con Estados Unidos en un momento muy delicado de la relación.

Lo peor es que ni siquiera sabemos cuánto estamos enviando a Cuba ni si el Gobierno cubano está pagando algo. Una investigación de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad ha revelado que en mayo-agosto de 2025 se triplicaron los envíos que en los dos años previos había autorizado el ex presidente López Obrador. El valor de los cargamentos nada más en esos cuatro meses superó los 3 mil millones de dólares.

Los mexicanos deberíamos tener derecho a saber cuánto petróleo o petrolíferos se están enviando a Cuba y bajo qué términos; pero para ocultarlo López Obrador creó Gasolinas Bienestar, S.A. de C.V., una filial “privada” de Pemex que se dedica únicamente a exportar hidrocarburos a Cuba. La razón por la que López Obrador, siempre enemigo de las “privatizaciones”, creó esta filial privada es para evadir los requisitos de transparencia de una empresa gubernamental. No parece ser un buen negocio; la información disponible sugiere que pierde dinero, sólo que no sabemos cuánto.

La presidenta Sheinbaum ha reconocido estos envíos: “México siempre ha estado dispuesto a brindar apoyo humanitario a otros países, incluyendo Cuba”, dijo el 16 de octubre. Negó que los combustibles se estén regalando, pero si es una compra, ¿por qué oculta los precios, los términos y los ingresos?

El Gobierno de Joe Biden no se preocupó mucho por estos envíos, pero la situación ha cambiado radicalmente con Donald Trump. Este 17 de diciembre la subsecretaria adjunta principal del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, Katherine Dueholm, declaró ante el Congreso que “el Departamento de Estado continúa presionando a México para que desempeñe un papel regional constructivo alineado con los objetivos de la política exterior de Estados Unidos”. Cuestionó al Gobierno mexicano por actuar “de maneras que contradicen lo que consideramos nuestros valores compartidos y los objetivos de Estados Unidos. Esto incluye su apoyo al régimen cubano, brutal, corrupto y económicamente disfuncional”.

El presidente cubano, Miguel Díaz Canel, reconoció la gravedad de la situación económica de su país este 15 de diciembre: “Con el cierre del tercer trimestre, el PIB decrece un 4%, la inflación se dispara, la economía está parcialmente paralizada, la generación térmica es crítica”. Aceptó que hay un “clima de insatisfacción generalizada” y una creciente desigualdad: “Pequeños grupos poblacionales parecen tener todos los problemas resueltos, algunos incluso presumiendo de su estatus económico, mientras la mayoría no logra solventar totalmente necesidades básicas”. Lo que no dijo es que los políticos y dirigentes del Partido Comunista son quienes hacen gala de riqueza.

Mientras no se reforme la economía comunista, dar ayuda económica a Cuba es tirar recursos a un barril sin fondo. Aunque realmente la ayuda sirviera de algo, sin embargo, no se puede pedir al pueblo de México que cargue con la responsabilidad de Cuba. Ahora, además, esta ayuda pone en riesgo los objetivos de México de lograr una buena renegociación del T-MEC y de mantener una relación amigable con Estados Unidos. La presidenta Sheinbaum, no obstante, parece más interesada en el pueblo cubano que en el mexicano.

¿Humanismo?

“Nuestra posición es soberana, es una decisión soberana y tiene que ver mucho con el humanismo que representamos”, dijo ayer la presidenta Sheinbaum sobre Cuba. Ahora resulta que “humanismo” es tomar recursos de los mexicanos para subsidiar una dictadura que está en el poder desde 1959.

Sergio Sarmiento

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