Sacrificios humanos
Mucho nos falta por conocer sobre las culturas prehispánicas, pero la mayoría de los especialistas coinciden en que el sacrificio humano era común.

JAQUE MATE
El hombre ha sido creado por el sacrificio de los dioses y debe corresponder ofreciéndoles su propia sangre”.
Alfonso Caso, El pueblo del Sol
Andrés Manuel López Obrador presume haber escrito muchos libros. Cuento 19 desde Los primeros pasos, Tabasco 1810-1867 de 1986 hasta Grandeza, cuya publicación anunció en un video este 30 de noviembre y que trata sobre los pueblos indígenas mexicanos. A veces parece, sin embargo, que ha escrito más libros de los que ha leído.
Muchas de sus obras tratan sobre temas históricos, pero tienen siempre un barniz político y una inclinación maniquea. Andrés Manuel entiende la historia como una épica de anécdotas protagonizadas por héroes y villanos que pelean por construir una visión particular de la historia y la política, que es la suya. Grandeza pretende “demostrar que los mejores principios éticos y la bondad que poseemos como pueblo y nación provienen de aquello que heredamos de las grandes civilizaciones del México prehispánico. Considero una ingratitud no reconocer que, debido a esas raíces y enseñanzas, los mexicanos de hoy somos libres, fraternos, trabajadores, honestos y felices”.
Esta visión idealizada de los pueblos indígenas, que descarta cualquier aportación positiva de España, la refuerza con una afirmación que asombrará a muchos: “La intención es, pues, refutar la historia inventada o tendenciosa basada, entre otras aberraciones, en atribuir a los pueblos indígenas de la antigüedad supuestas prácticas de sacrificios humanos, el canibalismo y otros procederes de ese tipo”.
Siglos de estudios documentan la existencia de sacrificios humanos y canibalismo ritual en la Mesoamérica prehispánica y, en particular, en Tenochtitlan. “El sacrificio humano es esencial en la religión azteca, pues si los hombres no han podido existir sin la creación de los dioses, estos a su vez necesitan que el hombre los mantenga con su propio sacrificio y que les proporcione como alimento la sustancia mágica, la vida, que se encuentra en la sangre y en el corazón humanos”, escribió Alfonso Caso en El pueblo del Sol en 1953.
¿Cómo sabemos que había sacrificios humanos? En parte por las crónicas de algunos conquistadores españoles que los atestiguaron. Por las narraciones de los colaboradores nahuas de fray Bernardino de Sahagún. El códice Telleriano Remensis, por ejemplo, registra el sacrificio de 20 mil víctimas, capturadas por mexicas en otras tierras, durante la reinauguración de una fase constructiva del Templo Mayor en el reinado de Ahuítzotl en 1487. Algunos investigadores, como Xavier Noguez, consideran la cifra exagerada, pero no cuestionan el sacrificio de muchos. El Huei Tzompantli, por otra parte, es un edificio donde se colocaban los cráneos de los sacrificados; Tzompantli significa “hilera o muro de cráneos”.
Mucho nos falta por conocer sobre las culturas prehispánicas, pero la mayoría de los especialistas coinciden en que el sacrificio humano era común. Hay también registros de canibalismo ritual en varios códices del siglo XVI y se han encontrado restos humanos en excavaciones que muestran señales de canibalismo.
López Obrador puede defender la grandeza de los pueblos prehispánicos, y hay buenas razones para hacerlo, sin caer en falsedades. No hay duda de la crueldad que los mexicas ejercieron sobre sus vecinos, la cual impulsó a tlaxcaltecas y otros pueblos a unirse a los españoles para derrotar a Tenochtitlan. La verdad puede ser incómoda para un político que quiere construir una narración histórica para ensalzar su visión idílica del “humanismo mexicano”, pero nadie puede ocultar la verdad de manera indefinida.
HISTORIA OFICIAL
Alejandro Rosas, autor de Érase una vez Tenochtitlán, comenta: “La historia oficial convierte todo en algo intocable. La prehispánica, en particular, se narra como si hubiera sido un paraíso de armonía. Y no era: eran seres humanos, tan ambiciosos y contradictorios como cualquier otra civilización”.
SERGIO SARMIENTO
@SergioSarmiento
Sergio Sarmiento (oficial)
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